En estos momentos en que está tan en boga hablar de ecología y medio ambiente, en que los jóvenes y adultos con conciencia luchan por preservar nuestros parques naturales y otras tantas instituciones trabajan para armonizar la producción con la conservación, fuimos testigos de una celebración excepcional.

Estábamos en el centro de una verde y desbordada naturaleza, en Polo, Barahona. Ahí se hacía una celebración con la fe del areito y los recursos de la tecnología. Se celebraba la cosecha. La cosecha del café. Pero no el café al que estamos acostumbrados los mañaneros dominicanos, sino el café que satisface el razonamiento y la necesidad de mucha gente en el mundo que quiere alimentar su cuerpo de la forma más natural y menos tóxica posible, el café orgánico.

Fue idea de Ideac (Instituto de Desarrollo de la Economía Asociativa), con el apoyo de Codocafé y otras muchas instituciones similares que fue realizada y coordinada por Jesús Sosa y la dirección artística de Roldán Mármol.

A la celebración del café de Polo se unieron campesinos, empresarios agrícolas, artistas y gente común de toda la zona que bailaron y cantaron en un memorable encuentro artístico desde las 10 de la mañana hasta pasadas las 11 de la noche.

Los atardeceres de Polo son frescos, pero la música, el baile y el ánimo que salía desde la majestuosa tarima Btan contrastante con el resto del lugar llamaban al sudor a confirmar el gozo.

A las decenas de grupos típicos, folclóricos, palos, salves y gagás que encendió el panorama durante el soleado sábado en que se sumaba a la celebración del Primer Festival del Café Orgánico, le siguieron artistas que aún trabajando con esos recursos lo hacen en otro sentido.

Miguel Angel, el sonidista de Brugal, llenó por un breve lapso de música de ahora el espacio. Los cientos de niños que estaban presentes empezaron a pedir Aregué, regué, regué@ y la respuesta fue la presentación de Jesús Nova.

La gente abrió su corazón a ese sonido caribeño en el que el locutor pone voz a los poemas de Nicolás Guillén y los niños se sintieron correspondidos en su pedido y hasta subieron a tarima y bailaron.

El público disfrutó al grupo coreográfico Crazy Mix de Azua, acompañados de Julio Merán. De la teatralización de la cosecha de café a cargo de un grupo experimental de Polo, la memorable actuación de Roldán con sus pipís y sus diablos cajuelos trayendo de vuelta al robalagallina y al carnaval dominicano.

Se elevó el sonido de la música y el canto folclórico dominicano con la aparición de Luis Días y su grupo Ahace que le pegue con una manguera, mi mujer es mala, no vale la pena@.

Después de Luis vendría el gran final anunciado por el propio Roldán desdoblado en sus funciones de artista y director artístico a presentador.

Para dar paso a los ganadores del concurso AEl Bachatón@ que fueron recibidos con ovaciones por un público que había pedido una y otra vez Abachata, bachata, bachata@.