Música y color en las obras de Abel Añil

Música y color en las obras de Abel Añil

POR CLARA SILVESTRE
Para Abel Añil, el color y la música deben ocupar un mismo espacio. Ese, en donde la estrecha relación que los une, los convierte en cómplices de una misma historia armoniosa y mágica, inocente y melancólica, ingenua y sutil.

Así se desarrolla su novena exposición individual, con 25 obras a pastel que tratan sobre música y ensayos, las cuales en su contexto, destacan esas canciones de artistas que han hecho un aporte considerable al arte.

Habla de sueños, verdades y fantasías, representadas por figuras que mantienen un movimiento, atadas a un ritmo, un concepto y un género lírico sincronizado con el color.  

Es que Añil siempre ha creído que el color forma parte del todo y por demás tiene un sonido, porque cuando se quiere expresar que algo es tenebroso se indica con un color oscuro, cuando se desea decir que algo es dulce se le otorga un color rosado y, por el contrario, cuando se quiere ofrecer una sensación de espacio entonces se elige un tono azul.

“Asimismo si quiero reflejar colores sublimes utilizo azules y morados, y para impregnar un estilo exótico no se puede quedar el rojo. Es interesante ver que el sonido de la mañanita es suave, como los colores del cielo, y así también es maravilloso descubrir que el sonido del agua de la mañana es diferente a la del día. Entonces esa relación existente entre el color y el sonido es lo que quise trabajar”, dijo.

 

Una propuesta basada en ensayos de música

 A Abel Añil le apasiona el tema de la música. Es por ello que luego de cinco años de trabajo donde realizó alrededor de cien bocetos, selecciona 25 de estas obras y se decide a presentarlas, cada una acompañada de una literatura escrita por él.

En interés por darle vida a sus obras, también se descubren figuras con forma de cúspide repetidas, “eso es lo que para mí significa vida. Durante un estudio sobre filosofía que realice, descubrí que los griegos llamaban esterides a lo que producía el movimiento y la energía en las cosas vivas, y a mí me gustan mucho los símbolos y las figuras que tienen forma de cúspides. De ahí que lo pongo en todas mis obras”.

Entre sus obras figuran: “Canción infantil”, “Ensayo de un circo y antes del ensayo”, “Ensayo de una obra infantil”, “Del lago de los cisnes”, “Figuras del rock”, “Boleros de los años 60” y “La música de oro del recuerdo”, entre otras.

Explica que ese color que se contempla en sus trabajos, es el color o la forma en que se produce el sonido entre el movimiento y la energía.

Aunque sus trabajos actuales siguen siendo surrealistas, el tema ha variado.

Su exposición anterior denotó un concepto astrológico, presentando la forma en que los planetas ejercen una determinada condición en la vida de las personas. Actualmente se encuentra trabajando frutas, flores y vegetales en acrílica, estuco, collage y diferentes técnicas. 

Abel Añil pinta desde niño, pues incluso comenzó primero a pintar que a escribir, porque su madre, quien era maestra, entendía que una buena letra era el resultado de un buen trazo.

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