Musulmanes marchan contra terrorismo

Musulmanes marchan contra terrorismo

BERLÍN (EFE).- Miles de musulmanes se manifestaron ayer en Alemania contra el fundamentalismo islámico, mientras se suceden los llamamientos de la clase política en favor de medidas que impidan que en este país, donde residen unos tres millones de musulmanes, ocurran hechos como los que han conmocionado a la vecina Holanda.

   La manifestación ayer frente a la mezquita de la ciudad de Colonia (oeste de Alemania) estuvo organizada por la Asociación islámica turca Ditib y congregó, según la policía, a unos 20.000 musulmanes, bajo el lema «Por la paz y contra el terror en nombre del Islám».

   La de hoy ha sido la mayor movilización de esa índole registrada nunca en Alemania, «una movilización necesaria» según el presidente de Ditib, Ridvan Cakir, pues «los musulmanes no podemos permanecer impasibles ante el uso que algunos hacen del Islám».

   «El Islám es una religión de paz. Los actos terroristas no pueden ser legitimados en nombre de la creencia islámica», dijo Cakir.

   En Alemania, que recibió un duro golpe tras conocerse que algunos de los integrantes de la célula que planeó los atentados del 11 de septiembre en EEUU residían en Hamburgo, hay un debate latente sobre la integración de los musulmanes, mayoritariamente turcos.

   El reciente asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh ha reactivado la discusión y con ella el miedo a que Alemania se convierta en un nido de fundamentalistas.

   «Quienes viven junto a nosotros y que quieren seguir viviendo junto a nosotros deben acatar nuestro orden jurídico y nuestras reglas de juego democrático», dijo el canciller Gerhard Schroeder durante la entrega al ex presidente Johannes Rau del Premio a la Tolerancia del Museo Judío de Berlín en la noche del sábado.

   Recordó Schroeder que «no sin razón denominamos la democracia y los derechos humanos valores universales. Son valores que han de ser aceptados por todos, incluso por quienes proceden de otras culturas».

   «Esos valores son la base de nuestra vida en común», destacó el canciller, para asegurar después que Alemania no permitirá que «se la empuje a una guerra de culturas o civilizaciones», y tampoco que se creen «sociedades paralelas» ajenas al control del Estado.

   La jefa de la oposición, la cristianodemócrata Angela Merkel, fue igualmente tajante al afirmar que «la tolerancia no es una calle de dirección única» y exigió «la aceptación sin peros, cuando o cómo, de la Constitución alemana y sus raíces cristiano-occidentales».

   En declaraciones que recogerá el semanario «Focus» en su edición de mañana, lunes, Merkel sostuvo que «la idea de una sociedad multicultural ha sido dramáticamente dañada» por los episodios en Holanda y la constatación de que también en Alemania hay barrios donde no se habla una palabra de alemán y rigen normas ajenas a los valores de la sociedad de acogida.

   La presidenta de Los Verdes, Claudia Roth, hizo una vez más de abogado de diablo y argumentó que «la sociedad multicultural y multireligiosa no es una ideología sino una realidad», por lo que exigió «racionalidad» en un debate que puede instigar al odio.

   La encargada de Migración e Integración del gobierno, Marieluise Beck, señaló que «tolerancia significa límites» y que la «libertad religiosa significa libertad para no pertenecer a ninguna religión o incluso cambiar de confesión. Los islamistas tienen que entenderlo».

   Según el embajador de Turquía en Alemania, Mehmet Ali Irtemcelik, hay que tener presente que las primeras víctimas del fundamentalismo islámico son los musulmanes: «El islamismo desacredita el Islám».

   Dijo asimismo que sólo el 3 por ciento de los turcos en Alemania -en total unos 2,4 millones- podrían ser considerados extremistas, por lo que «no es de recibo que por una minoría se difame a la mayoría».

   Irtemcelik recordó que Turquía ha advertido en varias ocasiones a Alemania de «tendencias fundamentalistas» y reiteró una oferta de colaboración que, el ministro de Interior, Otto Schily, quiere que se haga extensiva a la formación de imanes y control en mezquitas.

   El presidente del Consejo de Iglesias Evangélicas en Alemania, el obispo Wolfgang Huber, se sumó al debate para apoyar a Schily en la necesidad de un mayor control en la selección de imanes y para que la oración del viernes se haga, por ejemplo, en alemán.

   «Eso sería un paso importante para acabar con la desconfianza y en favor de la integración», dijo.

   Aprovechando la tormenta, los responsables de Interior de los lander alemanes acordaron el jueves, a instancias del ministro Schily, crear un banco de datos de los extremistas que residen en Alemania, que luego se ampliará a «todo el espectro del terrorismo internacional». EFE

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