Mutación de terrorismo dificulta lucha

Mutación de terrorismo dificulta lucha

NUEVA YORK (EFE).- Varios expertos, entre ellos el juez español Baltasar Garzón, resaltaron ayer las mutaciones del terrorismo internacional y las dificultades que eso plantea para combatirlo, al inaugurar en Nueva York un simposio sobre los atentados en cometidos en esa ciudad en 2001 y en Madrid en 2004.

Organizado por la universidad The New School y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (España), este foro pretende fomentar cada año el diálogo y el análisis sobre los efectos del terrorismo a uno y otro lado del Atlántico, incluida la perspectiva de quienes resultaron afectados de forma más directa.

El juez Garzón subrayó que la existencia de movimientos, redes o núcleos aislados que cometen acciones terroristas, a veces sin una estructura jerárquica clara, supone «el gran problema» al que se enfrentan los servicios de inteligencia, policiales y judiciales de todos los países.

«Cómo hacer frente a una acción terrorista de esta envergadura, que ya no nos ofrece la facilidad de una jerarquía o de núcleos estructurados, sino que puede brotar en cualquier punto o en cualquier momento», se preguntó el magistrado español.

A ello se añade que las fuentes de financiación ya no siguen patrones tradicionales del crimen organizado y van asociadas a actividades delictivas como falsificaciones, delincuencia común, narcotráfico e inmigración ilegal, entre otras.

Garzón afirmó que «la única posibilidad» de derrotar al terrorismo es asumiendo la realidad del fenómeno, conociendo sus diferentes características y después actuar en consecuencia.

Añadió que los grupos de corte islámico estarían formados sólo por entre «200 y 250 personas activas» en Europa y unas 2.000 en el mundo, muy por debajo de las decenas de miles que se han calculado en ocasiones, por lo que es fácil investigarlos para conocer sus realidades y sus motivaciones.

«Si nos perdemos en disquisiciones permanentes, como hoy día ocurre en casi todos los foros internacionales, esos 250 se multiplicarán y a la vuelta de diez años tendremos un auténtico problema en todo el mundo», dijo Garzón.

El juez y otros oradores aludieron también a las dificultades que plantea definir qué es terrorismo, y que según el magistrado del Tribunal Supremo español José Antonio Martín Pallín es algo imposible desde un punto de vista político o sociológico porque las sociedades van evolucionando.

Josep Ramoneda, director del centro de Barcelona, manifestó en su intervención que Nueva York «vive permanente en el post 11-S», consecuencia también de la actitud bélica posterior, mientras que en Madrid el primer aniversario del 11-M «ha sido presidido por la consigna del silencio», por expreso deseo de las víctimas del atentado.

Añadió que «mientras el 11-S estaba en el terreno de lo impensable, el 11-M ya entraba dentro de lo posible», y recordó que Madrid es la capital de un país «que lleva cuarenta años en lucha contra el terrorismo».

«Analizar y comparar dos experiencias tan parecidas en la tragedia, tan diferentes en el modo de vivirla, debe ser el punto de partida de un debate continuado sobre cómo defender nuestras ciudades y sus valores básicos de convivencia de la amenaza terrorista y sus consecuencias», subrayó Ramoneda.

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