Mutilaciones

Mutilaciones

LUIS SCHEKER ORTIZ
A nadie le deba extrañar que el Gobierno del Dr. Fernández y del Ing. Diandino Peña o cualquier otro quiera mutilar el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. No es un caso aislado, ni una actitud exclusiva de este gobierno. Es una práctica: Para sumar, dividimos y restamos. Este país nace de una mutilación y de un abandono, y deja su herencia.

Luego de haber sido proclamado “libre e independiente de toda dominación extranjera”, el pensamiento político y las enseñanzas de nuestro Fundador, fueron mutilados.

No solo por extranjeros sino por nosotros mismos. Báez quiso arrancarnos la Bahía de Samaná y Santana entregó la isla incompleta por completo, apenas empezaba la historia.

El parque deportivo COJPD, es el principal pulmón recreativo de la ciudad capital. Será mutilado para hacer una excavación de 20 metros de profundidad y darle paso a la construcción de una sub estación subterránea del Metro, la obra cumbre del Presidente de todos los dominicanos y de su invaluable asesor.

Solo afectará 1,500 metros cuadrados, nos dice el otro Leonel, el ingeniero y deportista, encargado de esa mutilación. El mismo cuento que los olímpicos del patio le vendieron al Dr. Balaguer, para vencer la resistencia del viejo caudillo negado a la mutilación del Parque Mirador del Este, hijo de sus entrañas, como lo fue el Olímpico expuesto a la geofagia.

Le vendieron la idea de que se utilizaría tan solo una pequeña porción de terreno que apenas afectaría un 4% del área total y en cambio serviría para rescatar su obra del estado de abandono en que se hallaba, por falta de ambientación y mantenimiento.

Sólo una puntita, le dieron en secreto, mientras, cual Caballo de Troya, penetraban el hocico hasta el fondo con toda su maquinaria depredadora.

Pero es la historia de nuestros Parques Nacionales, protegidos como patrimonio de la humanidad, reducidos, depredados y mutilados con absoluta impunidad.

Del Federico Bermúdez, Bahía de las Aguilas, Los Haitises, las zonas verdes, las montañas y los ríos donde quiera que se encuentren, depredados y mutilados. De ahí, de ese dividir y restar sumando, el loco afán de fragmentarnos, de atomizar nuestro pequeño territorio para crear mini demarcaciones políticas y municipales con criterio mezquino y oportunista. Con pírrica ganancia política.

Se explica así la “trompeta” que rompe la Ortega y Gasset, y le impide crecer. Tocada a arrebato, sin sordina y con estremecedora sordera ante los reclamos de los vecinos de El Vergel y de profesionales y técnicos experimentados y calificados que se muestran atónicos frente al desparpajo de una obra intempestiva e inoportuna asignada de prisa, sin estudio previo y sin concurso que imposibilita su racional prolongación hacia el sur.

Trompeta dispuesta a romperle el tímpano a cualquiera.

Igual que la genial idea que nos mutila el Malecón y lo convierte en zafacón de desperdicios. La “Isla Artificial”, que se nos viene encima. Artificiosa, absurda, grosera, y además inconstitucional que mutila parte de nuestro territorio nacional y ha sido denunciada y rechazada por 26 de 28 organizaciones que se dieron cita en la vista pública del Senado. Y hay muchas más. Pero se insiste en ella, promovida y garantizada por un Estado sin dolientes que les duela. Los Responsables del Estado fallido o mutilado. Que quieren imponerla a contrapelo, despreciando todas las advertencias y peligros que tal proyecto conlleva.

Porque vivimos en una isla partida en dos, repartida, mutilada y rota que no encuentra el trayecto del sol. El camino de la Democracia y de la integración nacional.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas