JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
El anuncio por parte del señor Presidente de la República de la próxima construcción de la denominada Autopista del Coral ha venido a colmar los anhelos de toda una región que se sentía preterida, no obstante haber alcanzado el mayor número de habitaciones hoteleras y cuyas vías de acceso sólo incluían una autovía hasta San Pedro de Macorís y dos pequeños tramos entre esta última ciudad y La Romana, los cuales todavía no están habilitados para su utilización.

Este eslabón para el desarrollo integral del turismo en la República Dominicana para modernizar el polo de la región Este, había sido objeto de múltiples modificaciones, quitándole, entre legisladores, políticos, gobernadores y síndicos, el trazado original que eliminaba el paso por las ciudades cabeceras de municipio, como es el caso de San Pedro de Macorís, La Romana e Higuey. En su nuevo diseño, pasa muy cerca de estas ciudades para complacer a los personajes antes mencionados, lo cual irá en desmedro de aquellos viajeros que después de haber pasado unas ocho horas en el aire y arribar al aeropuerto de Las Américas, quisieran llegar a sus hoteles lo antes posible.

Ha sido un craso error el tratar de que los usuarios pasen por grandes centros urbanísticos, ya que está comprobado que los pasantes, la mayoría de las veces, ni siquiera toman un tiempo de descanso en esas ciudades y tampoco visitan establecimientos comerciales. Es muy probable que debido al trazado que aproxima la autopista a estas ciudades, ocurra lo mismo que en Villa Altagracia, población que había sido desechada por su caótico tránsito y que en virtud de un síndico que buscaba su reelección y autoridades complacientes en la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones (SEOPC), la autopista Duarte se ha convertido en un arrabal con múltiples cruces entre los dos carriles de rodamiento y alrededor de ocho calles asfaltadas que mueren en la vertiente oeste. Todo esto ha convertido el paso por aquel tramo en un peligro continuo por los innumerables accidentes de tránsito y hasta por el lanzamiento de piedras en el curso de la noche a los vehículos, con la finalidad de asaltarlos.

En la actualidad, viajar desde Santo Domingo a la zona de Bávaro o Punta Cana significa estar al volante alrededor de tres horas y media. Con la Autopista del Coral, no sólo la distancia será acortada, sino que también el tiempo de viaje en alrededor de hora y media. Además, la seguridad de viajar en una autopista de cuatro carriles separados por una isleta, garantiza una velocidad promedio de cien kilómetros por hora.

Algo que sería muy importante tomar en cuenta es que los lugares históricos deberían tener un señalamiento especial, inclusive, en el caso de la Casa de Ponce de León, una vía asfaltada. De igual modo, todas las atracciones turísticas, como es el caso de la punta de Cumayasa. Actualmente, la ruta pasa por delante de la Cueva de las Maravillas, la cual debería ser acondicionada en su exterior con estacionamiento vigilado y establecimientos para tomar refrigerios.

La futura Autopista del Coral contará con grandes atractivos. Paralelo al antiguo puente colgante sobre el río Higuamo, se está construyendo el que será el puente colgante más largo del Caribe. El «resort» más completo del mundo, Casa de Campo, es otra de las opciones del viajero, completada por Altos de Chavón y su aeropuerto Internacional en forma de ingenio azucarero, desde donde se descenderá a la represa de Chavón. Después, se atravesará una planicie sembrada de caña, lo cual asemeja el mar, pero de color verde. En el desvío de Boca de Yuma se podrá apreciar un paisaje bucólico y los amantes de la pesca podrán aventurarse a la captura del marlin. A seguidas, se debe hacer una entrada para visitar a la Basílica de Higuey, donde se encuentra la más venerada imagen de la virgen para los dominicanos que la consideran su madre espiritual.

El flujo de vehículos para la zona Este se incrementará, lo que hará florecer aquellos establecimientos que se dedican a la venta de artesanías, frutas, bebidas refrescantes y comidas rápidas. En fin, son tantos los beneficios que está autopista generará que todavía se nos hace imposible cuantificarlos a sabiendas que de hacerlo, omitiríamos actividades que todavía no conocemos y que la mente fértil del dominicano hace posible. Por todo lo anterior, señor Presidente, no sólo la región Este sino todos los dominicanos le agradecemos la construcción de esta vía, que será el verdadero complemento del desarrollo de la zona oriental.