¡Muy alto ‘in the heights’ estás!

¡Muy alto ‘in the heights’ estás!

¡Muy alto ‘in the heights’ estás!

Heyyyy, Píndaro, ahí no se puede entrar! –le grita Herminio a su alter ego, mientras este corre y baja por unas escasas escaleras que indican en una flecha: ‘Subway’. Dicen que la curiosidad mató al gato, pero, en esta ocasión los arrojados Herminio y Píndaro han estado curioseando por los predios del Teatro Nacional un movimiento de entrada y salida de talento mantiene en vilo al guardián de la puerta lateral de la primera institución artística de nuestro país.

Ambos se han colado entre el último grupo que va, precisamente, al ensayo previo al estreno de la máxima producción musical presentada aquí en nuestro país después de la pandemia… En su trayecto por el vestíbulo de la instalación, Píndaro se da a la tarea de abrir una de las puertas de caoba sin calcular que estaría frente a todo el escenario y su impactante decorado.

Justo frente a ellos, en un foso entre las primeras butacas y el escenario mismo unas lucecitas iluminan a un grupo de músicos enfundados en negro y sosteniendo sus instrumentos mientras producen notas de afinación… Tal fue la impresión de Píndaro al ver una calva brillar mientras su dueño movía incesantemente una varita de director que, luego de mirar a Herminio le grita: “¡Mira tu doble!… Voy pa’llá abajo”, al tiempo de salir corriendo hasta el Subway” de ‘In The Heights.

‘En el alma del artista, los sueños forman parte fundamental de su existencia… Hacerlos realidad representa siempre una satisfacción difícil de explicar con palabras’… Con este pensamiento lo recibe Amaury y, una vez lo tiene frente a él, le exclama: “¡Hola Píndaro!. Espero que Herminio esté por ahí para darle un abrazote… Esta noche estamos de vuelta en un recinto venerado por todos.

Deseamos disfruten de este musical que aunque escrito por un orgullo latino y Puertorriqueño Lin-Manuel Miranda, nos cuenta una fantástica historia del reflejo de la vida de los dominicanos en el Alto Manhattan de la ciudad de Nueva York, representada por la figura de Usnavi –el talentoso actor Javier Grullón-, un bodeguero de Washington Heights”.

Inyectado de una increíble alegría, Píndaro –seguido muy de cerca por Herminio-, acompaña al exitoso productor general y director musical de la obra Amaury Sánchez, en un recorrido por el impactante escenario adaptado por Yeimy Díaz. A medida que se desplazan, observan la envidiable profesionalidad proyectada por artistas de la talla de la gran Adalgisa Pantaleón, el polifacético Irving Alberti –“primo tuyo”, exclama Píndaro mirando a Herminio-, JJ Sánchez, Diana Ramos, Mencía Reyes, Carolina y Ana Rivas –“hijas de tu amigo Nandy, Herminio, vuelve a comentar Píndaro-, Estefany Piña, Jean Luis Burgos, Alejandro Moss y Estefany Piña, entre otros.

Aquello parece un cónclave en el cual se ha dado cita el éxito… No en balde en una esquina del escenario Pablo Pérez –coreógrafo-, y Paola González –directora vocal- se afanan por impartir claras instrucciones a ‘la tropa’ de cómo preservar la armonía entre todos una vez tengan al exigente público nuestro frente a ellos.

“¡Píndaro! –exclama Herminio-, ¡Mira a tu derecha!”… Justo ahí está, sobre una tramoya, una delgada pero determinante figura impartiendo órdenes de hacia dónde esta y otra luz deberá mantenerse enfocadas mientras las escenas van y vienen.

Es nada más y nada menos que Waddys Jáquez, quien como director general del proyecto ha hecho equipo con Amaurys para que hoy por hoy ‘InThe Heights’ sea una referencia de rotundo éxito en nuestro país… Píndaro, que ha armado ese improvisado tour por el interior del Teatro Nacional, exclama: “¡Todas esas maravillosas y coordinadas vocalizaciones, acompañadas por magistrales instrumentistas en el foso de la orquesta son un sello de garantía para que, siempre que sus productores se atrevan a traerla de nuevo, todos los que amamos el buen arte musical asistamos a verla!… ¡Amaury se graduó con honores!”.