¡Muy bien hombre!

¡Muy bien hombre!

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
La Orquesta Sinfónica Nacional se presentó por primera vez en el extranjero, dice un titular de periódico. La orquesta está integrada en buena parte por ejecutantes de origen extranjero, porque los gobiernos municipales y nacional abandonaron las escuelas de música.

La presentación se llevó a cabo en Valladolid, España, en ocasión de un concierto celebrado en conmemoración del 500 aniversario de la muerte del almirante Cristóbal Colón.

Tal actividad coloca a la República Dominicana a la altura de países como Estados Unidos, que periódicamente envía artistas a presentarse en países amigos; Francia, que también organiza giras de artistas, mimos y músicos; Rusia, cuya orquesta de cámara ha recorrido el mundo, y México, cuyo Ballet Folklórico Nacional ha deleitado el público de muchas naciones.

En el caso nuestro, ello es posible dada la situación

bonancible fruto del ingreso de miles de millones de petrodólares a las arcas nacionales, por los altos precios del petróleo.

Perdón, me equivoco. Esa situación la vive Venezuela, por segunda vez, y ojalá que el presidente Hugo se presente por primera vez en el extranjero, dice un titular de periódico, y Chávez y su gobierno empleen esos ingresos para el desarrollo de su país, para que no sigan importando alimentos de la dieta diaria, aunque tienen mucha tierra y mucha agua.

El viaje de la Sinfónica Nacional (la nota periodística no dice cuántos integrantes de la orquesta viajaron a Valladolid) se realizó entre los días 16 y 22 de este mes de mayo.

Ya sé de dónde salió la plata para que la Sinfónica se luciera en España: el precio del oro ha tenido un repunte interesante e importante y de la mina de La Rosario, en Cotuí, sale esa riqueza que permite que República Dominicana muestre y demuestre que tiene una orquesta de nivel internacional, como manda la globalización.

Nueva vez fallo en el origen de los fondos. Confundí el ingreso de petrodólares como si fuésemos Venezuela y ahora olvido que el oro de Cotuí se lo comieron los sueldos de políticos que aumentaron irresponsablemente la nómina de sus gobiernos y no invirtieron los ingresos provenientes del metal dorado para bien del país.

Quienes se beneficiaron de ese oro dejaron los hoyos y la contaminación que amenaza con crear más problemas de salud de los que tenemos.

La Sinfónica de Colombia y el Coro de Radio Televisión Española, se fusionaron con la Sinfónica Dominicana, lo que significa que no fue un concierto de la Sinfónica Nacional.

El programa del concierto es una perla. De cinco piezas interpretadas sólo una: Fantasía Criolla, del maestro dominicano Bienvenido Bustamante, formó parte del espectáculo que terminó, como pieza final para culminar la noche con una cumbia, género que siempre pensé que era colombiano.

La nota que leo en Diario Libre del miércoles 24 de mayo, no dice si el maestro Dante Cucurullo dirigió su orquesta, pero consigna que varios funcionarios de la Secretaría de Cultura viajaron como acompañantes de la Sinfónica Nacional.

¡Sopla, Chichí! Ante tal abundancia de dinero recuerdo las falacias de la oposición ya que en nuestro país: todos los hospitales tienen las medicinas y equipos que necesitan, en las escuelas sobran los pupitres, ningún maestro necesita aumento de sueldo, el Gobierno no debe un centavo.

El precio del azúcar está por las nubes, pero ya ni azúcar tenemos.

¿Estamos en condiciones de gastar esos miles de dólares en pendejadas como ese viaje?

¡Carajo! Ahora, antes y después se tira el dinero del erario de forma muy alegre.

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