Muy buen discurso

Muy buen discurso

Hay una nueva generación de jóvenes de ambos sexos que incursionan con éxito en el sector empresarial. Gente con visión, con ideas progresistas, competitivas, pujante en los negocios y lo mejor de todo, con optimismo sobre el futuro del país.

No son empresarios improvisados que hacen dudosas fortunas desde el Gobierno o con el tráfico de drogas, que después invierten en actividades productivas y comerciales para transparentar la procedencia del dinero mal habido.    Esta nueva camada de jóvenes empresarios dice las cosas claras, no rehuye sus responsabilidades y está dispuesta a cambiar el horizonte político, económico y social del país, si ello implica mayores compromisos con la sociedad.  Uno de esos empresarios es Manuel Estrella, que dictó un brillante discurso en La Asociación de Industrias de la Región Norte (AIREN) el pasado 24 de noviembre, en presencia del presidente Leonel Fernández.  

Después de incursionar un poco en la historia del sector industrial, Estrella habla de las luces que nos alumbran. Luces de una democracia de cuatro décadas, con sus altas y bajas, pero que ha permitido estabilidad política y un buen clima de negocios. Luces de un sector empresarial pujante y de mujeres que se involucran cada vez con más fuerza en el aparato productivo. La luz de la estabilidad, cuya principal característica es un sistema financiero sólido. Y la luz de un entorno internacional favorable, donde Latinoamérica aparece en el mapa de la economía mundial con algunos países bailando junto a los demás integrantes del G-20.

Pero sin quedarse empantanado en esos reconocimientos, que han tenido sus costos estructurales, fiscales y monetarios, incursiona abiertamente en las sombras que nos oscurecen.

Comienza por la sombra de la energía eléctrica, sigue con los obstáculos al financiamiento de la producción, enfatiza la ineficiencia burocrática que desalienta la inversión (y yo añado, que estimula la corrupción) y advierte sobre la pobre educación, donde una mayoría de la población es analfabeta o semi-analfabeta e incapaz de desempeñar puestos de operarios en empresas modernas.

Habla también de la sombra de la creciente criminalidad que ha puesto en jaque el sistema judicial y policial y que ahuyenta el capital, desestimula las inversiones y aumenta los costos operacionales.

Para aclarar esas sombras, Estrella plantea importantes propuestas que abordan el problema eléctrico, el acceso al financiamiento, la integración sectorial, la reforma laboral y la educación. Cinco pilares que han estado por largos años fuera de la agenda de los gobiernos.

Si bien reconoce los progresos en el sector eléctrico al despolitizar su administración, sugiere ampliar la capacidad de generación en la zona Norte usando carbón y gas natural para abaratar los costos. Sin embargo, yo creo que nada de eso es suficiente mientras no se plantee seriamente la privatización de todo el sector eléctrico. Sobre el financiamiento, Estrella sugiere algo que hemos propuesto en artículos anteriores, como es la creación de un fondo especial para impulsar la mediana y pequeña industria.

Dije en uno de esos escritos que muchos países están en esa onda, como Chile, que usa fondos públicos como colateral para garantizar préstamos al sector productivo. Prefieren invertir ese dinero para promover la industria y la agroindustria, facilitando su acceso al crédito bancario, que dilapidarlo en nominillas, clientelismo y corrupción, como es ya una característica innata de esta administración. 

La articulación de los sectores productivos y de servicios, es otro planteamiento interesante del señor Estrella, como lo es la reforma laboral y la educación, donde hace interesantes propuestas.

En fin, ojalá que el sector empresarial asuma estas propuestas como estandarte en su lucha por un mejor país. 

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