Nacimiento perdido

Nacimiento perdido

Rossy, mi esposa, puede decirles con exactitud cronométrica del aniversario de nuestro matrimonio. Si la dejan y no la interrumpen apropiadamente, les contará del nacimiento de cada uno de nuestros hijos. En cambio, yo no puedo decirles cuándo se fundó la ciudad de Santo Domingo. Versiones distintas han salido a relucir a lo largo de los años, sin que podamos aferrarnos a ningún día y cuanto es peor, a ningún año en particular.

No debemos avergonzarnos. Mi mujer casi me cae a palos el día de agosto en que nuestra fecha se cumple, en cuanto nota que la he olvidado. Los dominicanos, en cambio, empatamos con la vetusta ciudad de Roma a la hora de evocar los tiempos del nacimiento de la ciudad. Lo peor es que, con el andar de los años también nos hemos confundido con el nombre. En eso ganamos a los romanos que saben que la capital de Italia se llama Roma. Y a ciencia cierta proclaman que hubo días en que esa Roma de ellos fue la capital del mundo. Como Santo Domingo fue Atenas del Nuevo Mundo.

El último texto de la ley fundamental del Estado Dominicano asegura que la ciudad capital de los dominicanos se llama Santo Domingo de Guzmán. Tanta confusión existe que hay personas que no citan el nombre de la ciudad cuando ofrecen la dirección de sus casas o negocios.

Aseguran, en cambio, que viven en la calle tal número tal “del Distrito Nacional”. Equívoco y confuso, por su lado, el texto constitucional asegura que la ciudad de “Santo Domingo de Guzmán es el Distrito Nacional”. Entonces, ¿también son jurisdicciones denominables Distrito Nacional las áreas al oeste de la avenida Luperón o al este del río Ozama? Porque esas porciones territoriales también se denominan Santo Domingo.

Cuanto es peor. Santo Domingo no es de Guzmán. Es probable que se la hayan regalado a él.

Pero una simple revisión a la historicidad de esta parte del suelo de la isla Española (Quisqueya, Bohío, Babeque o Haití) habla de Santo Domingo. Sin dueño. En efecto, cuando la fundaron en 1504 ó en 1506 ó en 1508, se mencionaba como Santo Domingo de la isla Española. Algunos antiguos documentos, todavía en el siglo XVIII, hablan de Santo Domingo del Puerto de la Isla Española.

Más no pocos documentos hablan, pura y simplemente, de Santo Domingo.

Por esta razón introduzco el tema, para que aquellos que saben me digan –no a partir de la ley de leyes- cómo se llama la capital dominicana.

Es probable que asunto tan baladí llame a la indiferencia. Reclamo de la tradición histórica, empero, torna indispensable definir el nombre de la capital dominicana. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas