Nació Jesús, el motivo hermoso de la Navidad

Nació Jesús, el motivo hermoso de la Navidad

ELEANOR GRIMALDI
Son pocas las fuentes históricas que nos explican la vida de Jesucristo con todos sus detalles. Unas fuentes son de origen judío como los escritos de Flavio Josefo, otras de origen pagano como los decretos de los emperadores y las de origen cristiano. Siglos antes del nacimiento de Jesús, ya se hablaba del advenimiento de un Mesías prometido.

Jesús es un nombre de origen griego. Su equivalente hebreo Yehashua o Jeshua. Entre otros nombres ha sido llamado Enmanuel, Salvador, Redentor, Jesús de Nazareno. Por la castellanización de su nombre hebreo Yahveh, se le llama Jehová que significa “El que existe por sí mismo o el Eterno”.

Los primeros años de Jesús se encuentran narrados por dos de los cuatro evangelistas: San Mateo y San Lucas. Toda su vida se desarrolló en Palestina. Cuando nació,  Palestina se hallaba gobernada por el idumeo Herodes llamado El Grande.

Su historia comienza con la escena de la Anunciación en Nazareth. Un Edicto imperial que ordenaba el empadronamiento de los habitantes de todos los reinos y provincias que eran tributarios del Imperio, obliga a José a trasladarse con María desde Nazareth a Belén.

El Emperador Augusto César ordenó que todo el mundo acudiera con el propósito de hacer que la gente cumpliera con las contribuciones.

Esta fue la razón para que José subiera de Galilea ciudad de Nazareth, a Judea, ciudad de David que se llama Belén. De acuerdo con la costumbre judía respetada por la ley romana, cada persona debía ser empadronada en sus lugares de origen. María era judía y José también. Estando José y María en el lugar donde serían empadronados, la madre del primogénito se vio obligada a dar a luz a su hijo en un refugio en las afueras de la ciudad.

Los testimonios de pastores y magos de la época, decían que una de las señales de que él era el Mesías, es la forma en que las profesías se originaron: “Hallaran al niño envuelto en pañales acostado en un pesebre en Belén. De esta manera fue encontrado por los pastores. La adoración de los magos fue después de haber sido presentado en el templo a los cuarenta días de su nacimiento.

Cuando fue encontrado por los pastores fue este un motivo para que el rey Herodes se llenara de soberbia. La narración bíblica habla de la adoración de los magos y que éstos les ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

La mirra y el incienso son resinas de plantas nativas que crecen en los países orientales. Se usan para elaborar perfumes e inciensos. El oro, todos los conocemos y ha sido de gran valor para toda la humanidad.

De la infancia de Jesús sabemos de su gran sabiduría, era un hijo obediente a sus padres, a los cuales ayudó ejercitando el oficio de carpintero junto a su padre. También sabemos del episodio en que se perdió en el templo a la edad de doce años.

José y María cada año se iban con él a la ciudad de Jerusalen en tiempo de Pascua, que era una fiesta de carácter religioso y ceremonial entre los judíos.

Esta celebración señalaba el principio del año nuevo. La fiesta de Pascua duraba 7 días. La historia no ha podido recoger todos los aspectos de su infancia y de su vida adulta, pero lo que sí está claro es que predicó una doctrina profunda, con un gran contenido ético y que la misma, marcó un nuevo rumbo a la humanidad. Los apo´stoles con su evangelización, han dejado sus frutos, para que se desarrollara el Cristianismo y se difundiera el Evangelio como una doctrina de repercusión en la humanidad.

El evangelista San Lucas dice de Jesús “Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.

Su Gran Legado

Jesús creció y durante sus cortos años de vida, se dedicó a predicar palabras y enseñanzas. A veces daba largas instrucciones y alagunas son muy apacibles, otras son más fuertes y en´rgicas como las que dirigió a los fariseos. Sus parábolas encierran grandes enseñanzas.

Se dedicó a combatir las prácticas de adoración al emperador y decía: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Aunque su propósito no era atacar el sistema político, sus ideas fueron mal interpretadas y vistas como una amenaza a la estabilidad del orden político, de ahí que se iniciara una persecusión para destruir su vida.

Sus discípulos son claros en sus testimonios cuando se refierem a su conducta, su capacidad de perdón y su amor. Su doctrina sublime ha permitido pacificar a una gran parte de la humanidad.

Su integridad no la cuestionan ni los cristianos ni los que no lo son. Casi toda la humanidad lo admira con devoción.

El evangelio nos trae consigo la vida de Jesús, y sobre todo el nacimiento en un pesebre, para mostrarnos que cualquier ser humano no necesita ser grande por el lugar o el modo donde nace.

La forma en que nacemos o los bienes materiales no determinan la calidad humana, el sentimiento, la inteligencia ni los dones que podemos recibir.

En éstos días de Navidad y siempre, reflexionemos en el pesebre y pensemos en la cantidad de niños que nacen sin oportunidades y en lugares hacinados donde la pobreza material y espiritual los arropa.

La sociedad es responsable del destino de ellos. Recordemos que a mayor niveles de pobreza, mayor disgusto, mayores males sociales. Si le negamos a los pequeños una vida sana y en salud física y emocional, no tenemos garantía de lo que puedan ser en un futuro. Jesús nos invita en esta navidad a reflexionar sobre el futuro de los que tienen menos suerte.

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