Nación que se extingue

Nación que se extingue

JOSÉ B. GAUTIER
Prevalecen la incertidumbre, la confusión, el caos, la locura colectiva en la nación dominicana. Todo es amagar y no dar. La nueva ley migratoria se acata, pero no se cumple, presa como en caja de cristal para su exhibición a organizaciones internacionales y de derechos humanos en espera de que las ONG pro haitianas financiadas por el propio gobierno dominicano junto a sacerdotes católicos y miembros de iglesias protestantes extranjeros todos, que abusan de su misión y hospitalidad en el país, le tiren la primera piedra.

Mientras el Senado de la República embravecido como si fuera una devastadora tromba marina relampaguea con rayos y centellas resolviendo limpiar el país de extranjeros indocumentados depurando y expulsando a los haitianos que residen ilegalmente en territorio dominicano… ¡Palabras al viento! ¡Todo se olvida al salir del hemiciclo senatorial!

Mientras el Poder Ejecutivo calla indeciso, titubeante, y no se decide a actuar dentro del marco de las leyes nacionales en materia migratoria o dar el primer paso como ejemplo de una acción preventiva a favor del interés nacional… ¡Por miedo o temor a ofender a los países que dan limosnas o condonan deudas (Care, Caritas, PL 480, Club de Paris, Banco Mundial), o lo que digan las organizaciones internacionales que nos acusan de violadores a los derechos humanos, o bien, a los consorcios crediticios que prestan dinero al país o somos sus deudores! ¡Sin una salida heroica, estamos atrapados en un círculo vicioso que gira sin encontrar soluciones!

Mientras la Junta Central Electoral se pliega al poder extranjero prestándose alegremente a dar asistencia técnica y logística a la República de Haití como asesor de comicios en un país enemigo de nuestra nacionalidad reproduciendo nuestras experiencias con padrones electorales similares… ¿Quién se va a chupar ese caramelo?

Mientras la Secretaria de Estado de Trabajo, por tradición, uso y costumbre no hace cumplir a sus violadores las leyes laborales que regulan el trabajo de extranjeros en el país… ¡Los empresarios agrícolas, los de la construcción, los del turismo y las zonas francas, gozando de irritantes privilegios, viviendo en un paraíso laboral extraterritorial y antidominicano, con una industria de producción y de exportación de bienes agrícolas de consumo como el café, el cacao, el tabaco, el arroz y el azúcar obsoleta y desfasada por depender totalmente en el uso de la mano de obra haitiana servil o forzada, pagándole salarios de hambre y de miseria, en vez de adoptar tecnología de punta con la mecanización y la modernización de sus empresas, no pudiendo competir en un mundo globalizado donde prima la eficiencia!

Mientras la Secretaria de estado de las Fuerzas Armadas, que para orgullo ciudadano, sus miembros desfilan majestuosamente en paradas militares en calles y avenidas de ciudades y pueblos en los aniversarios de nuestro «27 de Febrero», día de la Independencia Nacional y de nuestro «16 de Agosto», día de la Restauración de la República, -esos mismos «Guaraguaos» y «Caras Pintadas» se convierten en «Palomas» y «Mascaritas» en la línea de demarcación fronteriza cuando se trata de resguardar la soberanía nacional del tráfico ilegal de haitianos… ¿Para que tantos aviones, helicópteros, barcos artillados, carros de asalto, tanques, cañones, metrallas, miles de hombres y mujeres armados hasta los dientes, si todo esto en la frontera dominico haitiana, como jarro pichao, se vuelve espuma y poco chocolate?

Mientras una dependencia de la Secretaria de Estado de Interior y Policía, -la Dirección General de Migración-, confiesa su inoperancia al no poder ubicar la frontera dominico haitiana en el mapa de la República Dominicana por falta de personal y recursos económicos, su Director la busca y no la encuentra… ¡Señores, la frontera se ha esfumado, ha desaparecido frente a las autoridades que deben vigilarla! ¡Hay que investigar que se ha hecho la frontera, ¿quien?, en una nación de tantos pillos y ladrones, se la llevó en el bolsillo!

Mientras las autoridades judiciales del país que velan por la aplicación de las leyes callan sobre el conflicto migratorio, ya que nada anormal oyen y ven cuando se tropiezan en ciudades y campos dominicanos con grupos de indocumentados haitianos de todas las edades realizando faenas de la construcción, agrícolas, de turismo sexual, especialmente con menores, niños y niñas o zonas francas… ¡En boca callada no entran moscas, según el «jus gentium»!

Mientras la Secretaria de Estado de Educación promueve el caos institucional dominicano otorgando privilegios y facilidades a los hijos de los indocumentados haitianos radicados ilegalmente en territorio nacional, nacidos o no en el país, provistos de documentación falsas como una Declaración Tardía amañada… ¡Pronto seremos un país bilingüe y se abrirán escuelas públicas en «creole» a lo largo y ancho del país!

Mientras un soldado o guardia raso mal pagado que custodia las frontera no distingue la diferencia entre soberanía y un soborno con una o varias papeletas de mil pesos para introducir al país  o sacar del mismo, un contrabando de personas, animales, drogas o armas, delincuentes, secuestradores o traficantes de prostitución infantil y sus victimas, o madres pordioseras con niños o rastro, o mujeres en cinta que vienen a parir a nuestros hospitales públicos, o a personas enfermas de Sida, de malaria, de venéreas o tuberculosis… ¡la miseria social, económica, religiosa y moral generalizada de un pueblo humilde e ignorante se empareja así a la riqueza y opulencia de una elite de empresarios inconscientes y depravados que los corrompen!.

¡Basta ya de cotorreo! Cada funcionario gubernamental dice que es al otro a quien le corresponde el problema migratorio. Que es a Migración y no a las Fuerzas Armadas que le corresponde el detener el flujo ilegal de indocumentados haitianos. A la vez Migración dice que no tiene recursos humanos ni materiales para hacer nada en la frontera y que son las Fuerzas Armadas que vigilan. Y así en cada dependencia del Estado en todo el tren administrativo del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo y del Poder Judicial se oye el mismo cantar pasándose el problema del uno al otro acusándose mutuamente. ¿Es que vivimos los dominicanos en un manicomio donde nadie quiere asumir su responsabilidad ciudadana? Mientras el parloteo de cotorras como  pleito entre comadres se aumenta, la nación dominicana se apaga, se extingue, languidece sin que nadie la defienda, testigo impotente de su ocaso.

¿No es mejor ser cabeza de ratón que ser cola de león? ¿No es mejor ser nación libre, soberana e independiente como la República Dominicana que ser colonia norteamericana como Puerto Rico? La migración incontrolada de haitianos hacia territorio dominicano es la principal causa del crecimiento desmedido de la pobreza en el país en los últimos años. ¿Cómo parar esa hemorragia humana? ¿Que opina usted, amable lector?

Publicaciones Relacionadas