Científicos afirman que una vez que se destruya entre el 20% y 25% de la selva, las lluvias se reducirían drásticamente
Mandatarios de países sudamericanos que comparten la Amazonía lanzaron el martes un desafío a las naciones desarrolladas para que hagan un mayor esfuerzo para frenar la enorme destrucción del bosque tropical más grande del mundo, un reto que aseguran no puede quedar sólo en manos de unos cuantos cuando la crisis ha sido responsabilidad de tantos. En la ciudad brasileña de Belem, los miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) también intentaron trazar un camino en común sobre cómo combatir el cambio climático, con la esperanza de que un frente unido les dé una mayor voz en las negociaciones globales.
Los llamados de presidentes de naciones como Brasil, Colombia y Bolivia se producen en momentos en que sus gobiernos buscan impulsar un muy necesario desarrollo económico en sus regiones y al tiempo evitar que el deterioro actual de la Amazonía alcance el punto de no retorno, según una declaración conjunta que se emitió al final de la sesión. Algunos científicos afirman que una vez que se destruya entre el 20% y 25% de la selva, las lluvias se reducirían drásticamente, lo que transformaría más de la mitad de la selva tropical en una sabana tropical, con una inmensa pérdida de biodiversidad.
“La selva tropical nos une. Es momento de ver el corazón de nuestro continente y consolidar, de una vez por todas, nuestra identidad amazónica”, dijo el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.