En el Almuerzo con el Grupo de Comunicaciones Corripio, altos líderes de la administración del doctor Leonel Fernández hablaron de la Estrategia Nacional de Desarrollo, de condiciones sociales, de los políticos, monto de la deuda del Gobierno y del problema energético nacional.

De tomarse superficialmente sus declaraciones, muchos elementos podrían quedar sepultados ante el destello de lentes, corbatas y los trajes costosos y la salud de una piel bajo aire de manera permanente, gran indicador de la bonanza.

Las autoridades invierten esfuerzos, tiempo y recursos en la elaboración de la Estrategia Nacional de Desarrollo. Sin embargo, Agripino dice que la aplicación o no de esto va a depender de elementos subjetivos y escabrosos.

Lo primero es la fe y, lo segundo, que las fuerzas vivas, especialmente la clase política, esté de acuerdo. Los pactos históricos mencionados por él, respondieron a intereses políticos. No al desarrollo de la nación.

La voluntad que imperó fue la de Joaquín Balaguer, quien engatusó a la oposición, especialmente a Peña Gómez.

En su critica a la clase política, el señor Isa Conde, el mismo de las privatizaciones en la primera gestión Fernández, reconoce que no es fácil lograr acuerdos en el país de los grandes intereses.

Los conceptos más difíciles fueron los del señor Montás. Llévelos a hipótesis y lo notará. Este es un Gobierno de palabras y teorías para las cuales no se tiene la más mínima idea sobre cómo ejecutarlas.

En el renglón empleo, Luis Reyes contradijo lo dicho por el Presidente en su rendición de cuentas.

Y por más esfuerzos que haga, Montás dice que con las variables actuales, el señor Celso Marranzini no logrará nada.

Finalmente, lo que sí asusta son las cifras que sobre la deuda del Gobierno ofreció Montás.