POR REGINALDO ATANAY
Santo Domingo.- La casi generalidad de la población dominicana está de acuerdo con que eso de «borrón y cuenta nueva» no se aplique a los beneficiarios corruptos del gobierno dominicano que cesó en sus funciones el pasado 16 de agosto.

Y es que desde hace décadas se ha estado aplicando lo del mentado borrón, y al paso de los años la corrupción ha ido creciendo, tan vertiginosamente, que justo ahora la gente se pregunta qué será de la República Dominicana, en el futuro cercano, con tantos sinvergüenzas que han hecho suyo el tesoro nacional, y viven como califas y con aires de honorabilidad.

A causa de tanta corrupción el país está sufriendo un grave deterioro moral y económico, y se ha creado una especie de «nueva moral» que premia y engrandece a quienes se ponen del lado contrario a la ley, en perjuicio de las mayorías nacionales.

Se ha comentado que volverán a impartir clases de moral y cívica en las escuelas, y  que todo el que meta la pata tendrá que vérselas con la justicia.

El presidente Leonel Fernández, en su discurso inaugural, prometió que no se aplicaría en su gobierno el principio de «borrón y cuenta nueva» y es de esperarse que esa promesa sea cumplida al pie de la letra, sin ninguna excepción.

Que se le aplique la ley en todo su rigor a los que la violaron en el régimen pasado, sería una cátedra magistral de moral y cívica, y al mismo tiempo un escarmiento. Un renacimiento de la fe pública, que se echó en el tacho de la basura hace muchísimos años.

El doctor Marino Vinicio Castillo está preparando expedientes contra personas e instituciones que navegaron en el régimen pasado, en el mar de corrupción. La gente espera que de ese estudio, salgan juicios públicos y contradictorios, que a la postre lleven a sentencias justas. No sentencias caprichosas y amañadas, como muchas que se han impartido en los tribunales de justicia.

El doctor Castillo tiene fama de ser un abogado acucioso, buen decidor y excelente pensador, a más de hombre apegado a la ley. Hizo historia cuando llevó al banquillo de los acusados al doctor Salvador Jorge Blanco, ex presidente de la República, así como a algunos de sus colaoradores. Y se hallaron indicios, muy evidentes, de hechos corruptos por lo que el ex presidente fue condenado a 20 años de prisión y al pago de una multa.

Aquel ex presidente no sólo no cumplio la condena, sino que fue indultado por su correligionario, el ya también ex presidente Hipólito Mejía Domínguez.

De ese caso se dijo que el entonces presidente Joaquín Balaguer tuvo mucho que ver, porque quiso perseguir a Jorge Blanco. Eso, parece, que fue cierto, pero cierto fue también que se presentaron pruebas irrefutables de que el inculpado estuvo implicado en varios actos corruptos.

Después de ese hecho histórico y ejemplarizador, ocurrieron otros muchos casos de corrupción, que han quedado impunes. La afirmación del Presidente Fernández, de que no habrá más «borrón y cuenta nueva», resulta esperanzadora. Porque a lo que aspira la ciudadanía sensata, no es que se cometan actos de atropello, de venganza, sino que simplemente se les aplique la ley a aquellos que, gracias a las posicioes que ostentaron, sustrajeron bienes públicos y perjudicaron a personas e instituciones indefensas. Es cuanto.

Para la meditación de hoy. Abre tus brazos a la vida y, mentalmente, recíbela con alegría. Cuando hagas esa invocación, siente el amor de Dios llenando todo tu cuerpo, y bendícete a ti mismo. Ese es un ejercicio de purificación y fortalecimiento que animará tu cuerpo y tu mente, y avivará en tus adentros la sensación augusta de que eres un amado hijo de Dios.