La decisión de comerse determinada cantidad de huevos por semana depende de los “números metabólicos individuales” y  de si la persona encaja o no en un perfil de riesgo cardiovascular.

Tal es el criterio del cardiólogo dominicano Rafael Pichardo ante una información procedente de Londres dando cuenta de que un estudio de dos nutricionistas de Inglaterra ha concluido en que el colesterol en los huevos solo tiene un efecto pequeño y clínicamente insignificante en el colesterol de la sangre.

Los autores del estudio han dicho que “el público no debe limitar el número de huevos que consume. Pueden ser alentados a incluirlos en una dieta sana, ya que son uno de los alimentos naturales más altamente nutritivos”. 

Pichardo, jefe de Investigación y Enseñanza del Instituto Dominicano de Cardiología (IDC), explicó que “el colesterol es una sustancia que se encuentra en la sangre, siendo sus niveles aceptados como normales en el hombre común entre 150-200 miligramos por cada cc de plasma. En los últimos 50 años se ha asociado, con evidencias cada vez más sólidas, al desarrollo de la aterosclerosis y de las placas de ateromas de la arterias, principalmente las de corazón, pero también en otros lugares del organismo, dando lugar a las diferentes expresiones clínicas de la enfermedad de las arterias coronarias”.

Agregó que “el colesterol es necesario como componente de las membranas del organismo, en la piel y otros tejidos, así como en las vísceras u órganos que se encuentran dentro del cuerpo. Hay evidencia de que las costumbres dietéticas del hombre moderno han ido aumentando su cantidad en la sangre y naturalmente el exceso ha perjudicado en el sentido expresado anteriormente, pero siempre entendiéndose que hay otros factores que se deben juntar para que la arterosclerosis se desarrolle. Nos referimos a la presión alta, el uso del tabaco y la nicotina, la obesidad y el sedentarismo, la diabetes y otro factor coadyuvante muy importante, que es el estrés de la vida moderna”.

Fuente de colesterol

El doctor dijo que “las dietas ricas en grasas saturadas constituyen el principal estímulo para producir el colesterol endógeno y nos referimos a las grasas sólidas de las vísceras y las carnes. La grasa de la carne de res o de cerdo son ejemplos típicos de grasas saturadas y los aceites vegetales son  grasas poliinsaturadas o monosaturadas que son menos dañinas.

EL HUEVO

Controlar la ingesta

En cuanto al huevo en particular, resaltó que una yema  tiene entre 200-250 miligramos de colesterol y por tanto, tradicionalmente en las dietas preventivas del punto de vista cardiovascular se suele controlar la ingesta de huevo, aunque en el concepto moderno se permiten entre 2 y 4 huevos por semana.