Nada más absurdo, nada más falso

Nada más absurdo, nada más falso

El sacerdote Camilo Torres Restrepo, acuñó una frase inolvidable: la lucha es larga, comencemos ya. ¿A qué se refería aquel joven sacerdote de esmerada educación en su país y en Europa? A que no hay sesteo en la búsqueda de la construcción de un sistema de gobierno donde la democracia, el poder del pueblo, sea ejercido por todos, sin exclusión.

Algunos decimos que somos demócratas pero estamos muy lejos de permitir el ejercicio del derecho de los demás a la búsqueda de la felicidad. Hablamos, decimos, actuamos y cada paso que damos significa un acercamiento al momento de quitarnos las caretas, como ocurre en los salones que celebran las grandes fiestas de carnaval donde la tradición manda a que los participantes en el sarao se despojen de sus caretas para finalizar la farsa.

Lo más engañador, lo más riesgoso, lo más peligroso es pensar, creer que los demás no se dan cuenta de que nuestras actuaciones de maromeros, cuyas cabriolas arrancan aplausos a los ingenuos asistentes a las sesiones de circo tienen un propósito, un fin: engañar a los demás, porque olvidamos que somos, los demás de los demás.

En política los planes sin ejecutar, los proyectos en sazón, permiten ver la paja que descubre las malsanas intenciones engañosas, matreras, acciones que se ejecutan con tan mal arte que permiten ser descubiertas cuando una sonrisa oculta muecas burlonas.

La política debe culminar con el arte de gobernar para el bien común, lo que significa que no habrá engaños, zancadillas, triquiñuelas, que se actuará como decía el inmenso José Martí, de cara al sol.

La política es un ejercicio de seriedad, sacrificios, privaciones, trabajo, honestidad, apego irrestricto a los principios morales contenidos en los diez mandamientos de la ley de Dios: no robar, no matar, no mentir, no enamorar las mujeres ajenas, no dar falsos testimonios, no codiciar los bienes ajenos…

La política es el arte del consenso, es la práctica de la honestidad, del cumplimiento de la palabra, del respeto a lo acordado, a lo convenido.

No hay unidad cuando no hay sinceridad. No hay buena fe cuando se inventan y se tiran a las calles mentiras fabricadas para hacer daño, olvidando que el hablador y el cojo no van lejos sin ser descubiertos

Aquí todos los días surge un rumor capcioso, malintencionado, cargado de mentiras, el de ahora es que en su próxima convención el Partido Revolucionario Moderno (PRM) escogerá su candidato con el voto y la presencia de electores de la Convergencia, de partidos aliados y de organizaciones de la sociedad civil, nada más absurdo, nada más falso.

Eso no ha sido ni será establecido. Son los miembros del PRM quienes escogerán su Candidato Presidencial. Y punto.

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