MELBOURNE, Australia.   AP.   Rafael Nadal sorteó su debut en el Abierto de Australia por la vía rápida, pero al mismo tiempo deslizó que su presencia estuvo en duda.

   El número dos del mundo entró a jugar en el primer Grand Slam de la temporada con su rodilla derecha vendada, y al final del duelo reconoció que padece una dolencia en los tendones de la articulación que por poco causó que desistiera competir.    Roger Federer, la campeona vigente Kim Clijsters y la máxima preclasificada Caroline Wozniacki, todos golpeados por achaques en la antesala del torneo, lograron pasar a la segunda ronda sin sobresaltos.

   También fue una jornada de saldo positivo para el contingente latinoamericano en el Melbourne Park. Los argentinos Juan Martín Del Potro, David Nalbandian, Carlos Berlocq y Paula Ormaechea, además del colombiano Alejandro Falla, avanzaron. Los argentinos Juan Mónaco y Leonardo Mayer no corrieron la misma suerte al despedirse a las primeras de cambio.

   Luego que disputó la edición del año pasado con una molestia en el hombro izquierdo, Nadal apareció en escena con la rodilla vendada.    Sin embargo, su estreno fue todo un paseo al despachar 6-4, 6-1, 6-1 al estadounidense Alex Kuznetsov en menos de dos horas.    Según explicó Nadal, el problema en la rodilla es «lo más raro» que la ha ocurrido. Añadió que estaba sentado en la habitación de su hotel cuando la rodilla hizo ‘un crack’ y luego acusó un agudo dolor.

   Se sometió a una tomografía el domingo que no mostró nada grave, pero indicó que creyó que no iba estar «cien por cien seguro de poder jugar».    «Me pasó lo más raro que me ha sucedido nunca”.