En nombre de toda la música temprana, en nombre de todos los intrépidos y cándidos melómanos del mundo,la confesión entre nubes de pentagramas es imposible disimular: ¿Quién hablaría de Nadia Boulanger y escaparía a la mejor nostalgia del universo todo ?
En nombre de ella y su rígida estirpe eslava para construir paso a paso, nadie tendría el triste derecho de hablar o pensar en Nadia Boulanger sin derramar la infinita nostalgia de su vida convertida en personaje íntimo de la entrega vital, para imaginar el talento preciso de todo aquel o aquella que pasara por sus manos-corazón. Nadia Boulanger enseñó a figuras del mundo musical sin descubrir, con manos en teclas dulces,de su viejo piano.
Al evocarla, cuando la pienso, que lo hago muy a menudo, cuando la música es un calmante existencial que asoma ligero a los oídos, siento que aquel culto silente de caminar su calle, 36 Rue Ballu, Paris 7509 , era un vano intento de inventar su figura altiva de mujer musical post moderna, cuando nadie lo pensaba.
Parada con sus lentes profundos, rutilantes , en una ventana con un chorro de música a sus espaldas, las notas de modo literal, subían y bajaban aquel humilde apartamento acogedor para estudiantes o desconocidos intrusos, como yo , centinelas de aquel paseo por el barrio 9 de París, en aquel enero de brumas y arpegios : hace tantos años, pero la mejor memoria nunca, pero nunca traiciona desprevenida, nunca.
EL ARTE DE LA FUGA EN UNA FAMILIA DE ESTIRPE MUSICAL.
( Véase el próximo artículo )…
Ahora bien, en nombre de toda la música temprana, en nombre de todos aquellos y aquellas que como ellas amaron la Music Moyen age ( la música medieval ) y el suspiro radiante de armonías descubiertas, confieso que detrás de esta historia para Nadia Boulanger, hay otra historia paralela, que adoro porque retrata un tiempo conquistado en el propio tiempo, porque traduce el aliento lejano de la complicidad amistosa cincelada con la música.
ENTRE QUINCY JONES, COGELE EL PASITO AL 70 Y NADIA BOULANGER.
Ocurriría muy cerca de nosotros, con nombres de testigos que felizmente viven.
Eran los tiempos de los compromisos radiales culturales, final de la década del 60.
Una gran amiga, Jocelyn Caminero de Croes,daría una información oportuna a Norberto James sobre un álbum de Quincy Jones, su segundo : » Walking in The Space «…
Norberto, que no se guarda nada, maravillado, nos hizo conocer de ese álbum el tema Killer Joe : excelente mixtura de orquesta y voz, jazz de big band y el arreglo y autoría de Jones. Fascinados entonces buscamos «Gula Matari» el primer álbum de los dos, que tienen ambos el sello de Producción del año 1970.
Eran los tiempos de la Cultura en Santo Domingo, en Gula Matari descubrimos otro tema excelente del mismo corte de Killer Joe,titulado Hummin…
Descubrir aquella música entonces fue una gran delicia para los sentidos.
Hurgando, nos damos cuenta que la sombra de una mujer anciana y tranquila está detrás de la gran calidad como arreglista y compositor de Quincy Jones: había estado, en su periplo de estudios, en la 36 Rue Ballu París 7509…
Jones en 1956 regresaba de una gira con la Orquesta de Dizzy Guillespie en América del Sur y Medio Oriente, para más señas y terminó en aquel iluminado apartamento sede de las mejores predicciones de talentos musicales mundiales.
DEL FRENTE LOCAL :
Mientras Quincy Jones grababa esa música para un mercado nuevo en los Estados Unidos, en Santo Domingo se convertía en un acerto filosófico, totalmente metafísico, la idea de » tomarle el pasito al 70 «.
La preocupación popular de ajustarse a una nueva década, vería nacer un jingle de publicidad difundido justo cuando en aquel contexto, entre años duros y jornadas radiales culturales, se descubría que Quincy Jones había sido alumno meritorio de esa gran señora, pedagoga universal de la música mejor enseñada: Madmoiselle Nadia Boulanger.
CUANDO BRUNO MONSAINGEON REVIVE A NADIA BOULANGER Y SU INCONMENSURABLE ESPIRITU MUSICAL
Bruno Monsaingeon, ¿qué decir de un apasionado con talento ? Lo primero es que un apasionado con talento, tiene talento miles de veces reproducido en sueños al cuadrado, repita la fórmula Ad infinitum y multiplíquela en alegrías…

Eso es Bruno Monsaingeon, un cineasta de la música clásica, nacido en París en 1943.
Ha develado muchos misterios de personajes musicales de varios siglos y lo más espectacular: fue él que con una serie de televisión dedicada a Glen Gould, brillante pianista canadiense ya desaparecido, puso al descubierto la personalidad de este músico catalogado como » excéntrico «, entonces.

Algunos títulos para esa obra biográfica sobre Gould :

La retraite (2 x 50 min.)
L’alchimiste (2 x 30 min.) Glenn Gould 1974 (2 x 30 min.) Partita de Bach (2 x 30 min.) Estos trabajos sobre Glenn Gould le permitieron tener el codiciado premio del Festival de lá Músia de Praga, reglón televisión en 1975.
Monsieur Monsaingeon no concibe ser cineasta sin la música sinfónica, por esa exquisita razón, su filmografía es totalmente sobre temas musicales. El ha sabido conjugar el arte de la imagen con la música, en un connubio mortal de placer para ojos y oídos. Bravó..

A este señor le debemos, haber grabado estas conversaciones con Nadia Boulanger, mientras el mismo era su alumno, hoy recogidas en un magnífico texto inspirador de este primer artículo sobre Nadia Boulanger: un ser profundo que decidió regalar al mundo la generosidad de un talento pedagógico, que hoy estremece al mundo.
Comenzar el 2019 con Nadia, que ha sido siempre más que nadie, es un encanto largo, pero muy largo…

( CFE ) : Continuará. To be continued. Continuare. Se poursuivra.