NADIA BOULANGER: Vivir para el ensueño de enseñar la mejor música

NADIA BOULANGER: Vivir para el ensueño de enseñar la mejor música

Rien n’est meilleur que la musique. quand il nous a fallu du temps, il a fait plus pour nous que nous n’avons le droit d’espérer: il a élargi les limites de notre vie triste, il a illuminé la douceur de nos heures de bonheur en effaçant les ridicules qui diminuent nous, nous ramenant purs et nouveaux à ce qui était, ce qui sera, ce que la musique a créé pour nous.”

Nada es mejor que la música; cuando nos quita el tiempo, ha hecho más por nosotros de lo que tenemos derecho a esperar: ha ampliado los límites de nuestra triste vida, ha iluminado la dulzura de nuestras horas de felicidad al borrar las pequeñeces que la disminuyen. Devolviéndonos lo puro y nuevo de lo que fue, lo que será, lo que la música ha creado para nosotros.”
Nadia Boulanger.

A Norberto James, que ha vivido la aventura de descubrirla…

El arte de la fuga en una familia de Musical Estirpe: Las Boulanger…
Marie-Juliette Olga Boulanger, nacería en 1893, sería conocida luego como Lili Boulanger. Cuando Lili nace, su hermana mayor, Nadia, tiene tan solo 6 años, había nacido en 1887. Este recuento familiar breve comienza con la hermana menor, porque todo parece indicar que Nadia Boulanger viviría toda su vida para recordar el talento de excepción de una hermana que vivió para la música con la profunda conciencia de que podía morir en cualquier momento.
De hecho, Lili Boulanger es pionera como mujer en materia de composición musical: gana el premio Roma, de importancia entonces, en 1913, siendo una adolescente.
Las raíces tienen su fuerza y lejanía, están sustentadas en un tronco especial: su abuela Marie-Julie Hallinger estudió en el Real Conservatorio donde a su vez conoció a Frederick Boulanger, abuelo de Nadia y Lili.
Sin embargo, lo interesante de toda esta relación, casi de novela sin quererlo, es la marca que de por vida llevaría Nadia Boulanger en relación con la prematura desaparición de su brillante y talentosa hermana menor, Lili Boulanger.
Quien muere a los 25 años, en medio de una agitación creadora sin par…
En el libro «Mademoiselle. Conversaciones con Nadia Boulanger», ediciones Acantilado 2018, nadie mejor que ella relata el carácter intimista y el respeto que pudo tener por la memoria de su hermana.
Dice de su hermana Lili Boulanger: «Tenía entonces diecinueve años y trabajaba sin descanso en su obra. A los seis años había tenido ya su primer encontronazo con la muerte, cuando nuestros padres nos dejó. El dolor no sólo la marcó, sino que la hizo madurar, y elaboraba su experiencia través de pensamiento de una seriedad sobrecogedora en una jovencita delicada y frágil. Era consciente de su destino demasiado breve y del hecho de que tenía contado los días…
Mucho más tranquila de lo que yo estoy ahora al hablar de ella, se anticipaba a su propia muerte. Cuando debería haber tenido toda la vida por delante, todo por decir tuvo que abandonar esos proyectos que eran su vida misma y abandonar sus seres queridos. El 15 de marzo de 1918 dejó de sufrir.
Nunca había experimentado el menor sentimiento de rebeldía, sino la necesidad imperiosa de decir lo que tenía que decir»… (Pags 99-100)…
Si he recurrido a esta cita con precisión inevitable, lo hago para poner en los labios de Nadia Boulanger la furia afectiva, ese volcán de admiración y tributo permanente al talento de su hermana, para confirmar también esa sublime obsesión que le rondó hasta el final de sus días. Confirmo un dato entrando a un portal de la universidad de Boston Massachussets, que tiene una sección bajo el siguiente nombre: The Lili Boulanger Memorial Fund, una especie de fideicomiso creado en vida por la propia Nadia Boulanger nada más y nada menos que en 1939, con el fin de mantener vigente la música de su hermana.
Apenas el año pasado, 2018, los nominados al premio fueron Alexander Korsantia, Émile Naoumoff y Andras Schiff.
Por un gran deseo y devoción de Nadia Boulanger, resulta muy difícil hablar de una Boulanger y no mencionar a la otra. Las Boulanger habrán dejado de un inmenso legado entre dos siglos, maravilladas en sus inicios por al soberbio arte de la fuga.

Un libro para celebrar una grandiosa celebridad: Madmoiselle conversaciones con Nadia Boulanger de Bruno Monsaingeon.
El libro obviamente, tiene ese largo tono evocativo y cariñoso del alumno que recuerda agradecido a la maestra rigurosa, dedicada y humana.
Nadia Boulanger hace la proclama más conmovedora que se puede leer:
«Todo niño nace con derecho a escuchar»…
La obra de Nadia Boulanger, esos videos realizados por Monsaingeon y el libro aludido, son pequeñas joyas que guardan su carácter y figura (CFE).

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