Nadie los ha escuchado

Nadie los ha escuchado

Claudio Acosta

Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados, acaba de sumarse a las presiones sobre el Ministerio de Interior y Policía para que levante la prohibición a la venta de bebidas alcohólicas después de la medianoche en la provincia Santo Domingo, una medida que calificó de odiosa, además de que “en nada va a contribuir para que en el país y esa provincia se resuelva el problema de la inseguridad ciudadana”.

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Y puede tener razón, pero al decirlo en voz alta, desde su investidura, le hace un flaco servicio a su gobierno y su política para enfrentar la delincuencia, que no acaba de dar pie con bola como evidencia la situación que se vive en la propia provincia Santo Domingo y, de manera particularmente dramática, en Santiago. Que eso lo hagan los propietarios de centros nocturnos afectados, que han iniciado un intensa campaña, media tour incluido, para defender su derecho a mantener operando sus negocios, se entiende porque es lo lógico y esperable. Pero no lo es que la medida la torpedee el presidente de la Cámara de Diputados, un destacado dirigente del partido oficial y pieza importante del gobierno, al igual que el Ministro de Interior y Policía, Jesús -Chu- Vásquez. Ojalá que esta disonancia, que inquieta por tratarse de un tema tan relevante como la seguridad pública, no sea un síntoma de alguna clase de malestar dentro del gobierno que asoma en el peor momento.

Pase lo que pase, en los días por venir, con esa prohibición, debe recordarse que en la discusión sobre la conveniencia de mantenerla o eliminarla no se ha escuchado a la campana más importante: la de los miles de ciudadanos y ciudadanas que residen en los alrededores y cercanías de esos negocios, que han vuelto a dormir tranquilos y en paz, un derecho que se les había arrebatado. Pero como no tienen voz ni forma de hacerse escuchar o de chantajear al gobierno a pesar de ser tantos, cualquier día de estos van a recordar que en este país la suerte del pobre dura poco.