Najayo mujeres: Hay esperanza

Najayo mujeres: Hay esperanza

Cuando  conocemos de los terribles hechos cometidos por muchas mujeres,  los cuales se han incrementado en este tiempo, sentimientos de ira, rechazo y desprecio, surgen en nuestro interior. En muchos casos deseamos hasta la muerte de quienes han delinquido, olvidando la historia detrás de ellas.

En su mayoría son mujeres abandonadas, carentes de amor, con hogares caracterizados por la violencia, la indiferencia y la crueldad.

El rechazo ha sido una espada punzante que ha perseguido sus vidas.

Producto de lo vivido, se equivocaron en el camino. Tomaron la senda del error para hacer realidad sus anhelos frustrados.

La ira, el rencor, la amargura, gobiernan sus acciones, llevándolas, en un instante, a hacer lo que al segundo siguiente, nunca hubiesen hecho.

Mientras enfrentan las consecuencias un número considerable de ellas empieza a anhelar ser diferentes. Nace en sus corazones un genuino arrepentimiento que las lleva a rechazar un pasado tortuoso, marcado por el horror de una acción que trajo un antes y un después a sus vidas.

Empiezan a darse cuenta de que únicamente estableciendo una relación cercana con Jesús, sus vidas podrán transitar por el trayecto que el Señor trazó para ellas, cuando pensó en crearlas.

Dios tiene una nueva vida para quienes se arrepienten de corazón. No las tachemos. Por el contrario, apliquemos  todo nuestro  esfuerzo en crear   ese encuentro que las colocará en el origen del proyecto de vida que el Señor tenía para ellas.

Felicitamos a las autoridades encargadas de la cárcel de Najayo Mujeres, a su directora Patricia Lagombra y al Director de Prisiones, Manuel de Jesús Pérez Sánchez, por todo el empeño que demuestran en que esto sea una realidad. Juntos, haremos que el amor de Dios restaure las vidas de las internas que genuinamente han determinado ser diferentes, ya que les han otorgado al Espíritu Santo la autoridad para guiar sus vidas. Esas, no volverán a ser iguales.

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