TOKIO.  AP.  Naoto Kan, un político populista conocido por hablar sin vueltas, enfrenta varios desafíos luego de ser designado ayer primer ministro de Japón, entre ellos una economía estancada y una deuda nacional creciente.

Primero, sin embargo, debe sobrevivir una prueba electoral inmediata, ya que antes de las elecciones para la cámara alta del mes próximo debe volver a seducir a los votantes enojados con las promesas que no cumplió su antecesor Yukio Hatoyama.

Resuelto y franco, Kan sería capaz de revivir al golpeado Partido Demócrata, dicen los analistas.

A diferencia del aristocrático Hatoyama, Kan viene de una familia plebeya y se inició en la política a través del activismo cívico. Tiene fama de decir lo que piensa y se hizo popular en los años 90 al revelar el encubrimiento gubernamental de la contaminación de productos sanguíneos con VIH.

«Tiene posibilidades, es un nuevo líder creíble. Nadie duda de sus credenciales como reformista», dijo el cientista político Koichi Nakano, de la Universidad Sophia en Tokio.