Naranjos deleitan a comensales

Naranjos deleitan a comensales

No había que tener conocimientos de francés para asociar el café restaurante LOrangerie con naranjas. La decoración del lugar lo decía todo. Y es que, tal y como explicó su propietario, Julio Pimentel, durante la inauguración del establecimiento, “orangerie” viene del francés naranjal o Patio de los naranjos, famoso invernadero situado a la derecha del palacio de Versalles.

Con ese concepto de decoración, el arquitecto Iván Balcácer ambientó todo el espacio, donde además hubo paneles que enmarcaban composiciones fotográficas de Jaime Enrique de Marchena, donde la naranja protagoniza las escenas. En tanto, la iluminación se concentra sobre las mesas, permitiendo al comensal disfrutar de su plato sin perder ningún detalle.

“Así como la naranja es la protagonista de la ambientación, así mismo lo es en la cocina, ya que los platos han sido creados inspirándose en el sabor y aroma de esta fruta. Influencias mediterráneas, orientales y francesas se mezclan hasta conseguir un menú de excelente calidad, con sabores que puedan complacer a los más exigentes paladares”, expresó el propietario del restaurante durante su discurso de apertura.

Aseguró que tal y como demanda la nueva tradición del buen comer, la presentación original y esmerada de los platos es de rigor, deleitando al ojo, así como a los demás sentidos.

“Pero, como una buena mesa no estaría completa sin una buena bebida que acompañe los manjares en ella servidos, en LOrangerie se puede seleccionar entre una gran variedad de vinos procedentes de las mejores bodegas de Europa, Sur y Norteamérica. Y es que, sencillamente, queremos completar la lista de lugares en la ciudad, indispensables a visitar cualquier día de la semana”, concluyó.

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