Antes de sus luchas antibalagueristas, Narciso González Medina (Narcisazo) se había revelado como actor, orador, activista barrial, dirigente estudiantil y militante revolucionario que promovió la cultura en medio de la conflagración de 1965.

En ese hecho arriesgó su vida no solo llevando grupos artísticos a la zona constitucionalista sino conquistando moradores de Villa Consuelo, donde los jóvenes y sus padres se unieron al Movimiento que demandaba la reposición del derrocado presidente Juan Bosch.

Por ello ha causado extrañeza que el nombre del intrépido abogado, escritor, catedrático universitario, no figure entre los nombres de participantes en la gesta a los que el Ayuntamiento del Distrito Nacional asignará calles. Ha recibido este homenaje, pero proveniente del pueblo que espontáneamente ha bautizado como Narciso González algunas vías de Santo Domingo.

Su ejemplar actuación en el período de su vida comprendido entre 1962 y 1965 ha sido poco difundida
Monchín Pinedo, entonces miembro del Comité del Distrito del Movimiento Popular Dominicano, compartió con él en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en las asambleas emepedeístas y en la Guerra Patria desde que Cayetano Rodríguez del Prado, encargado del organismo estudiantil del MPD en la academia, se lo presentó en 1962.

“Fui deportado con parte de la dirigencia del MPD a París y de ahí viajé a Cuba. Regresé inmediatamente Bosch tomó el poder en 1963. Narciso continuaba en la UASD y en su núcleo barrial, Villa Consuelo, cuando nos integramos al movimiento político-social y trazamos la línea de denunciar, a través de micro mítines, a los que el rumor acusaba como golpistas”, relata Monchín.

En esas manifestaciones, agrega, Narcisazo, quien ya había deslumbrado con su palabra convincente y su verbo fluido, pronunciaba encendidos discursos.

Era muy buen actor, dice. Se había graduado en Bellas Artes “y en su formación como tal incidió José Ramírez Conde (Condesito), quien lo guió internamente”. Exclama que Narcizaso se convirtió en el orador oficial del MPD en los barrios. “Por eso se conoció temprano y se hizo muy popular”.

Pinedo cayó preso en octubre de 1963 “y en ese momento en que hubo tantos apresamientos, Narcisazo sustituyó a Cayetano en el movimiento estudiantil, participó en las elecciones en que ganó Fragua y fue miembro del grupo que llegó a la dirección de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) que encabezaba Amín Abel”, significa.

Afirma que en 1964 esa agrupación se constituyó en vanguardia “de todos los movimientos de masa” y que Amín siempre escogía a Narcisazo para las disertaciones importantes.

Destaca la convocatoria de la FED a novias, esposas, madres, amigas de los sobrevivientes de la guerrilla de Manolo Tavárez que estaban presos y realizaron la famosa huelga de la Cruz Roja Dominicana. “Eso remeneó al Triunvirato”.

“Narcisazo apoyó no solo la huelga sino que se mantuvo combatiendo ese Gobierno y denunciando permanentemente la corrupción”. Amín repitió “y llevó como su mano derecha a Narcisazo al tomar la dirigencia de la FED en enero de 1965”.

Narcisazo en abril. “El movimiento conspirativo de 1965 se mantuvo muy cerrado. Incluso, cuando se habló con la izquierda y con la FED, Amín, que estaba junto con Narcisazo, Narciso Isa Conde, Carlos Dore y otros, no creyeron en él, tanto así que la FED levantó la huelga en la UASD y Amín salió a casarse. Al otro día ocurrió el levantamiento insurreccional”, revela.

Pero Narciso “estaba aceitado” con el paro de la Autónoma y se integró “desde el mismo 24 de abril al llamado del MPD y el 25 estaba en la reunión del Comité Central donde se lanzó la consigna “Armas para el pueblo” coincidente con las de otros grupos de izquierda”, añade.

González se encargó de integrar a la gente de Villa Consuelo. En la Baltasar Álvarez 122, frente a su casa, vivían y pernoctaban dirigentes del MPD como Juan Robles, “El Jabao”, Rafael Rivera, Tito Montes y el propio Monchín. La dueña de esa vivienda era María Luisa Sánchez, licenciada en enfermería.

Maximiliano Gómez, secretario de Organización Nacional, también se alojaba en la residencia. Era otro gran amigo de Narcisazo, como lo fue, además, Néstor Eddy del Prado.

“Era un gran organizador. En Villa Consuelo se convirtió en un baluarte del MPD”, enfatiza. Define a Narcisazo como un gran lector. Ellos dos se prestaban clásicos marxistas, novelas de Europa Oriental, los clásicos en general. “Le gustaban los escritores alemanes, ingleses y franceses”.

El domicilio de Villa Consuelo fue denunciado y asaltado por la Policía durante la Operación Limpieza. “Brincaron a un patio, llegaron a la avenida Duarte y de ahí a la zona constitucionalista”. Se integraron al Comando Argentina.

“El Comité Central tomó en cuenta que contábamos con más de 180 hombres en armas y se decidió asignar a Narcisazo y a Condesito a las actividades culturales”, narra.

Monchín, que actualmente dirige un sector dedicado a la defensa histórica del MPD, relata que aunque Narcisazo portaba una pistola que le regaló Maximiliano Gómez, “no era hombre de armas, pero siempre apoyó la estrategia y la táctica del MPD en la guerra”.

Trabajó intensamente junto a Cayetano Rodríguez, Tico López Molina y Ramírez Conde en los preparativos del Primer Pre Congreso del MPD, en agosto de 1965. Tras concluir la guerra, en septiembre, “se agrietó el MPD, se produjo una escisión y Narcisazo pasó al PACOREDO”.

Narciso nació el 29 de octubre de 1941, hijo de Américo González, zapatero, propietario de la Peletería González, de Mono Mojao, Villa Consuelo, y de María Medina (Niña). Se graduó de abogado en la UASD donde fue profesor y director de Extensión Cultural. Publicó columnas y décimas de humor político y fundó el semanario Tirabuzón y la revista El callejón sin salida. “El pueblo se queja en versos” fue su sección más conocida.

Estuvo casado con Altagracia Ramírez, madre de sus hijos Ernesto, Rhina Yocasta, Jennie Rosanna y Amaury.

Luego de haber publicado un artículo en el que citaba “10 pruebas que demuestran que Balaguer es lo más perverso que ha surgido en América” y de pronunciar un discurso en la UASD, el 25 de mayo de 1994, solicitando que la casa de estudios asumiera una posición de condena frente a lo ocurrido en las elecciones de ese año, desapareció el 26.