Narraciones de Don Cucho

Narraciones de Don Cucho

Hablar o escribir acerca de Trujillo, puede ser  considerado reiterativo; pero no tedioso. Trujillo no cansa, no aburre; por el contrario atrae, a pesar de que, tratar acerca de su vida y obra de gobernante, ha sido expuesta de manera amplia y detallada, sobre todo, en los casi cincuenta años que han transcurrido desde su muerte.

Ese interés que despierta todavía la figura de Trujillo va mas allá de la  difusión apasionada e interesada que ha sido presentada acerca de él, en la mayoría de los casos; unas  veces haciendo de él una representación de genio o dios mitológico y otras, caricaturizado hasta de la forma mas soez. Esta abundante literatura ha permitido que los dominicanos del ayer y las generaciones que no lo conocieron o aquellos que no vivieron esa época o parte de ella con uso de razón desarrollado, hayan adquirido  esas  nociones que les presentan una imagen confusa y distorsionada de ese gobernante. 

Desde hace dos semanas un nuevo libro sobre Trujillo ha captado la atención de mucha gente a quienes lo mueve la búsqueda de nuevos aportes históricos que puedan surgir al conocimiento  público y contribuyan, por tanto, a enriquecer todo el acervo bibliográfico que existe sobre nuestro dictador mas representativo; no por sus obras, aunque por eso también lo es, sino, porque encarnó de la forma mas cabal las mayores aspiraciones que anidan en el alma del dominicano.

Se trata del libro “La era de Trujillo, Narraciones de Don Cucho”. En esta obra, que   puede inscribirse en lo que ha sido llamado “la pequeña historia”, Don Cucho memora  cuarenta y cinco episodios, sociales, políticos económicos, así como menudencias de la cotidianidad del acontecer durante la Era de Trujillo que, aun cuando casi todos esos relatos han sido tratados en obras anteriores, en este relator adquieren el sello de la autenticidad en los detalles, por haber sido Don Cucho, no solo amigo y compañero de Trujillo desde la niñez de ambos, sino, mas importante todavía, haberlo acompañado desde los albores de su régimen hasta la muerte  del dictador.

Estos relatos de Don Cucho, tienen la importancia avalatoria de quien los narra; pero, además, refiere en sus memoranzas ciertos detalles inéditos de aquel hombre y su régimen, los cuales se constituyen en gran valor para los estudiosos de aquel régimen  profundizar en tales hechos y adquirir una visión mas completa por las particularidades que Don Cucho incluye en esas experiencias.

Es generalmente conocida entre los dominicanos, la conducta pública y privada que distinguió a Virgilio Álvarez Pina, tanto en el período horacista, así  como en el trujillismo. Fue hombre de bien a carta cabal; su disposición a servirle al país con entusiasmo y devoción sobresalió en su hoja de vida. Solo la mezquindad política ha impedido que eso le haya sido reconocido de manera pública. En ese servicio estuvo atento para intervenir a favor de cualquier desdichado, bien fuera por las veleidades de la política  o  por cualquier otra causa.

Don Cucho, antes y después de la Era, siempre tuvo en su rostro una mueca de sonrisa en sus labios que mostraba su bondad interior.   Fue  intrínsecamente un hombre de bien, presto para “desfacer entuertos”. Perteneció al grupo de hombres que tuvo Trujillo a su servicio, los cuales constituyeron la parte humana y esclarecida del régimen.

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