Navidad que vuelve/ tradición del año…

Navidad que vuelve/ tradición del año…

Navidad que vuelve/tradición del año/unos van alegres/otros van llorando. Así comienza Cantares de Navidad, que se ha convertido en una especie de himno navideño para los puertorriqueños, dominicanos y otras naciones del Caribe. Grabada inicialmente por el Trío Vegabajeño, pero igualmente popularizada por Billo Frómeta, Félix de Rosario, Conjunto Quisqueya y otros.

El objetivo, según narrara su autor Benito de Jesús, era llevar un mensaje de alegría en una época tan bella como la navideña, pero reflejando la realidad del momento en el lugar donde vivía. Gente que todo lo tiene, gente que no tiene nada, que preferían que nunca llegara.

Pero a pesar de las desigualdades, injusticias, abusos, descuidos y errores, en esta época en que se festeja la celebración del nacimiento de Jesús, la mayoría de la gente respira un aire diferente y esperanzador. De diferentes formas, adorando, alabando, tomando, comiendo o bailando, pero se siente la presencia Divina. En tal sentido, se podría afirmar que tanto ricos como pobres desean que llegue la Navidad.

Porque los corazones se abren, aún el de muchos llamados no creyentes, o que se resisten a reconocer la existencia de un ser supremo. El que decidió enviar a su hijo Jesús al mundo a dar testimonio, sobre todo de amor, perdón y compasión.

Y así ocurre en nuestros pueblos, comunidades, barrios, donde quiera. Las navidades alegran las mentes y ablandan los corazones. Personas que sin tener cosas que les sobre, y sin que represente esfuerzo o sacrificio, hacen lo posible por darle algo a quienes entienden que lo necesitan.

Eso lo vivió en nuestra comunidad de la Parroquia San Pío X, a la cual asistimos desde que fue fundada en Ciudad Nueva. El día 14 se llevó a efecto la acostumbrada cena para personas indigentes que fue instituida por el Padre Ignacio. Hombres y mujeres que probablemente necesiten la ayuda generosa del Gobierno o del Estado para poder arrastrar lo que les queda de vida con mayor dignidad, aportando algo para satisfacer las necesidades de su prójimo.

Casi todos los feligreses acudieron al llamado con un refresco, un paquete de servilletas, un plato de moro, una docena de vasos desechables, o varios pastelitos, lo que fuera. Y lo hicieron con alegría, con entusiasmo. Eso me hizo recordar aquel pasaje bíblico en el que Jesús, al ver una viuda pobre haciendo su ofrenda, expresó que estaba echando más que todos, porque los demás habían dado a Dios lo que les sobraba, mientras ella en su pobreza estaba entregando todo lo que tenía para vivir.

Quiera Dios que los corazones de los que tienen imiten a los que, como la viuda, los vecinos de la Parroquia San Pío X y otras comunidades que tienen poco, hacen para llevarle alegría a quienes lo necesitan, pero durante todo el año. Y que algún día, cambiando la estrofa inicial de la canción, podamos escuchar llenos de júbilo: Navidad que vuelve/tradición del año/unos van alegres/otros van cantando.

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