El factor estacional juega un papel determinante en el desarrollo de las estrategias de comunicación comercial, llámese promoción, publicidad o marketing, sirviendo de plataforma para impulsar las ventas y consolidar la existencia y desarrollo de los negocios en su más variada naturaleza.
La estación del año ideal para esta tarea es la navidad y el fin de año cuyos aires ya se vienen sintiendo en todos los ámbitos del país. El mes de diciembre viene cargado de arraigadas tradiciones que afectan el ritmo de vida de los ciudadanos en todos los aspectos de su vida y a todos los sectores de la economía y la sociedad en su totalidad.
Es el mes en que fluyen recursos económicos extra, habilitando al consumidor con posibilidades adicionales para la realización de su ejercicio de consumo con una mayor holgura que en los meses regulares del calendario.
Los planes promocionales en estos casos son el recurso estratégico de mercadeo más conveniente para lograr resultados inmediatos destacando los atributos, los beneficios y las ventajas que en forma de premios en metálico o en bienes materiales, incentivos y recompensas atraen la atención de un gran segmento de público.
Evidentemente el mercado se ubica en una situación especial en la cual el consumidor entra a una etapa generalmente propensa al gasto dejándose seducir con cierta facilidad dinamizando la economía mediante el mayor flujo de recursos y de intercambios comerciales bajo la fresca e incitante atmosfera navideña.
En ese contexto las navidades representan movimientos un tanto atípicos en la capacidad regular de consumo de nuestra sociedad dinamizando las estructuras de distribución, publicidad y promoción, enfocadas hacia las ventas de los productos propios de la estación, así como en el amplio espectro de bienes y servicios en su conjunto.