BAGDAD (AFP).- Por sexto día consecutivo, las fuerzas estadounidenses seguían enfrentándose con las milicias chiítas en Nayaf, en el centro de Irak, mientras que las amenazas de los insurgentes en el sur del país provocaron la caída de las exportaciones de petróleo iraquí.

   En cuanto a los rehenes extranjeros secuestrados en Irak, un libanés fue liberado, según su familia, un jordano está en manos de los captores, de acuerdo a declaraciones de su hijo, y no se ha registrado ningún progreso en relación al diplomático iraní secuestrado la semana pasada cerca de Kerbala.

   En Nayaf, la ciudad santa chiíta situada a más de 100 km al sur de Bagdad, se escuchaban tiros de cañón, de morteros y de armas automáticas provenientes del cementerio de la ciudad, feudo de los milicianos chiítas del líder radical Moqtada Sadr, y cuyo control le disputan el ejército estadounidense y la policía iraquí.

   La Fuerza Multinacional (FMN) dirigida por Estados Unidos justificó en un comunicado el empleo de la fuerza armada contra un cementerio al calificar a las milicias chiítas de «fuerzas anti iraquíes».

   En el centro de Nayaf se podía observar una espesa columna de humo que se elevaba cerca del mausoleo del imán Alí, lugar sagrado de los chiítas. Numerosos policías iraquíes se dirigían en camionetas hacia esta zona que era sobrevolada por helicópteros estadounidenses.

   Durante la mañana, las fuerzas estadounidenses llamaron por megáfono a la población para evacuar la zona de combates, informó un corresponsal de la AFP, que precisó que exhortaban a las milicias a deponer las armas y abandonar la ciudad santa.

   Sin embargo, Moqtada Sadr prometió el lunes en Nayaf que lucharía contra la ocupación estadounidense hasta derramar su «última gota de sangre».

   Los balances de los combates del ejército de Estados Unidos y de las milicias chiítas son contradictorios. Según un informe estadounidense, más de 360 rebeldes y cuatro soldados estadounidenses murieron desde el 5 de agosto. Pero, las milicias divulgaron un parte de 15 bajas en sus filas.

   Por otro lado, 24 civiles murieron y 107 resultaron heridos en los combates, según el hospital general de Nayaf.

   Mientras, Irán desmintió cualquier implicación en los acontecimientos violentos en Nayaf y rechazó las acusaciones de Bagdad en ese sentido. Además, Teherán dirigió al primer ministro iraquí, Iyad Allawi, una invitación para viajar a Irán.

   En el barrio chiíta de Ciudad Sadr en Bagdad, donde fue impuesto un toque de queda, la situación se mantenía muy tensa este martes. Aviones de combate sobrevolaban el barrio.

   En Basora, la gran ciudad del sur de Irak, donde los seguidores de Moqtada Sadr declararon el jueves «la yihad» (guerra santa) contra las fuerzas británicas desplegadas en la región, un soldado de Gran Bretaña fue abatido el lunes.

   En otras partes del país también se registraban violentos combates.

   Cuatro personas murieron el martes en un ataque contra la patrulla ucraniana en la provincia de Wassit, en el centro este del país, según un portavoz de la división multinacional bajo comando polaco desplegado en ese sector.

   En Basora, las amenazas de los insurgentes chiítas de atacar las instalaciones petroleras estratégicas en la región provocaron una brutal caída de las exportaciones después de que se suspendiera el bombeo de crudo el lunes.

   En el terminal de Basora, las exportaciones de petróleo pasaron de 80.000 barriles por hora a 35.000, declaró a la AFP uno de los funcionarios iraquíes bajo condición de anonimato.

   En relación a los rehenes, uno de los cuatro camioneros libaneses secuestrados en Irak fue liberado, según su esposa. También el empresario libanés que había sido secuestrado el 31 de julio en Bagdad, fue liberado, indicó su padre a la AFP en el Líbano.

   Pero el hombre de negocios jordano Jamal Sadek al-Salaymeh fue secuestrado el lunes en Bagdad y sus secuestradores reclaman una recompensa, dijo su hijo a la AFP.

   Mientras, las autoridades iraníes anunciaron trabajar sin descanso para lograr la liberación de un diplomático iraní secuestrado cerca de Kerbala (centro), el 4 de agosto pasado.

   Tailandia anunció el martes el retiro de sus 450 soldados a finales de agosto como estaba previsto, mientras un primer equipo de la OTAN, integrado por cuatro oficiales, llegó a Irak para preparar el terreno de una misión encargada de entrenar al nuevo ejército iraquí.