Después de la promulgación del llamado «paquetazo» una Ley de Amnistía Fiscal es necesaria y oportuna, pues viene siendo una especie de compensación en beneficio de los sectores productivos del país y de la propia sociedad dominicana en su conjunto.

En tal sentido, ha sido muy atinada la decisión adoptada al respecto por el Presidente Danilo Medina Sánchez en su interés de reducir los efectos de una reforma fiscal que como afirmara recientemente el reconocido empresario Don Pepín Corripio era la alternativa menos mala. Con una amplia amnistía fiscal, miles de contribuyentes regularizarían su situación tributaria y otros tantos ingresarían al sistema, aumentando considerablemente la base de los que pagan impuestos, situación que le permitiría al Estado mayores recursos económicos.

 Cálculos conservadores de especialistas en la materia hablan de miles de millones de pesos que captaría el Gobierno mediante una amnistía fiscal la cual tendría efectos positivos multiplicadores.  El Presidente del Senado, Lic. Reinaldo Pared Pérez, con el olfato político y social que le caracteriza ya había advertido sobre la conveniencia y necesidad de una amnistía fiscal, por cuanto se da como un hecho la aprobación en el Congreso Nacional de esa justa iniciativa.

 El director de Impuestos Internos, Lic. Guarocuya Félix, un funcionario receptivo, equilibrado y comprensivo le tocará aplicar una amnistía fiscal reclamada y anhelada por los sectores más sensatos de la nación y en las actuales circunstancias cae como anillo al dedo y como una especie de tabla de salvación para las fuerzas que generan riquezas, bienestar y desarrollo.

!A buena hora, Presidente Danilo Medina, la amnistía fiscal que usted propone es una demostración inequívoca de su sentido de justicia y de equidad!…