Necesaria renovación de la Cámara de Cuenta y la JCE

Necesaria renovación de la Cámara de Cuenta y la JCE

Luis Scheker Ortiz

Libertad y Necesidad son dos conceptos filosóficos  complementarios que persiguen un  mismo fin: Acatamiento de las leyes objetivas y  preservación del bien común social y natural.  

Desde que los directivos de la Cámara de Cuenta anterior fueron objeto de exhaustiva  investigación de cargos imputados por corrupción y malos manejos de su gestión administrativa,  dado el Informe de la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que recomendó someter al pleno de la Directiva un juicio político ante el Senado de la República,  suspendido al aceptar todos ellos, excepto uno, los cargos imputados, no  habíase  producido acontecimiento  similar hasta el que Presidente, Lic. Luis Abinader, denunciara el grado de deficiencia, incapacidad o impotencia de ese organismo  desconocedor del mandato constitucional y la ley de su creación durante la gestión administrativa  del Dr.  Leonel Fernández y del Lic. Danilo Medina.

La Cámara de Cuenta es definida como un “Órgano Superior del Sistema Nacional de Control y Auditoría, rector externo,  facultado para emitir normas de carácter obligatorio, promover y efectuar la coordinación interinstitucional de los organismos y unidades responsables del control y auditoría de los recursos públicos y formular un plan tendente al logro de esos fines.

Como tal, le  corresponde “el examen profesional, objetivo, independiente, sistemático y selectivo de las evidencias detectadas con posterioridad a la actuación o gestión de los administradores públicos, de las personas físicas y jurídicas, públicas o privadas, lo que incluye “el examen y evaluación de las evidencias que respaldan las operaciones, registros, informes, estados financieros y presupuestarios, elaborados por la Dirección de Contabilidad Gubernamental y todas las demás entidades y organismos sujetos a la ley, conforme con la Constitución y lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley  No. 10-04, del 20 de enero 2004,que determina sus funciones encausadas a mantener un estricto control financiero sobre el buen uso y la trasparencia de los objetivos y medios empleados.

Siempre resultó sospechosa y cuestionable su inacción,  no obstante las frecuentes denuncias de escandalosos dispendios, corrupción y malos manejos  de diversos organismos y dependencias del  Estado, y la cuantiosa asignación  presupuestaria  incluyendo  al partido en el gobierno, como tampoco fueron objeto de auditoría e investigados por la Cámara de Cuenta las  cámaras legislativas  con sus barrilitos y cofrecitos, exención  de impuestos,   importación de vehículos de lujo, dietas, fondos de pensiones y jubilaciones entre otros tantos beneficios desproporcionados teniendo la Cámara de Cuenta la libertad y necesidad de actuar en consecuencia, por iniciativa propia o auxiliado por otros organismos y, en caso de impedimento apoderar a la Procuraduría Fiscal  para aplicación de sanciones correspondientes.

La denuncia del presidente Luis Abinader provocó que el Dr. Hugo Álvarez h., presidente de la Cámara de Cuenta,  presentara su renuncia voluntaria, apreciado acto de contrición o mea culpa que debe ser aceptado e imitado por los  demás directivos de dicha Cámara y por la JCE para su debido reemplazo, no debiendo ningún miembro directivo de estas instituciones  aspirar a prolongar su mandato nada afortunado ya  terminado. La ciudadanía demanda  rostros nuevos competentes, honestos y  no comprometidos  para que sea efectivo el Cambio necesario y deseado.

Publicaciones Relacionadas