La Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Seescyt) anunció en estos días su propósito de someter a las entidades de estudios superiores a un proceso de evaluación que consideramos necesario.

El objetivo es lograr que las universidades puedan estar en condiciones de satisfacer los requerimientos de los sectores productivos, tanto nativos como extranjeros establecidos en el territorio nacional.

La creciente demanda de personal calificado, formado a tono con los avances tecnológicos, obliga a hacer esta revalorización de las capacidades que tienen las universidades para satisfacer esa demanda.

Aunque en el país funciona un alto número de entidades de enseñanza superior, son muchas las limitaciones que afectan a una buena parte de ellas y que les impiden un desempeño acorde con las necesidades.

-II-

En el país también se hace necesario conciliar la oferta de profesionales egresados de las universidades con la demanda de personal calificado por parte de la industria, el comercio, los servicios y las inversiones en alta tecnología.

Hemos tenido oportunidades en que ingenieros, médicos, agrónomos, contables  y otros profesionales se han visto forzados a trabajar en otras áreas, llegando incluso a incursionar en el transporte de pasajeros, debido a la falta de esa conciliación entre oferta y demanda de capacidades.

Sin duda que esto se ha debido a que la oferta de egresados en determinadas materias por parte de las universidades ha superado la demanda de la actividad económica en base a sus índices de expansión y crecimiento.

Generalmente, cuando se dan estos procesos uno de sus efectos más dramáticos es la «exportación de cerebros», pues los profesionales que se ven obligados a emigrar por lo regular tienen que ejercitarse en actividades por debajo de sus capacidades académicas para poder subsistir en el extranjero.

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Nos parece que la iniciativa que ha anunciado la Seescyt nos coloca en la justa perspectiva de las necesidades nacionales, sobre todo si se toma en cuenta el hecho de que las nuevas modalidades económicas, en las cuales encajan la globalización y los tratados de libre comercio, habrán de modificar de manera sensible el comportamiento de la relación oferta/demanda en cuanto a personal calificado.

De ahí que entendemos como importante que esta valorización tome en cuenta a las propias universidades, no sólo como entes sometidos a regulación, sino fundamentalmente desde la perspectiva de la capacidad de cada una de ellas para adecuarse al momento y producir en los plazos necesarios los cambios que las coloquen en fase con los tiempos y las nuevas demandas.