Necesario

Necesario

La Policía Nacional ha sido provista de equipos de transporte y comunicación que requiere para mejorar sus servicios a la sociedad.

El patrullaje de las áreas urbanas, intensificado y reforzado con personal militar, no sería posible sin estos equipos de logística.

La demanda de equipo por parte de la Policía ha crecido sustancialmente, en la medida en que ese cuerpo ha reintegrado e incorporado al patrullaje a personal que estaba dedicado a menesteres ajenos a sus funciones naturales.

Y resulta tranquilizante saber que estos equipos permitirán mejorar la vigilancia en las carreteras, con la finalidad de socorrer a conductores que lo necesiten.

Uno de los traumas más difíciles para personas que han sufrido accidentes en  carreteras es la tardanza en recibir ayuda y protección.

Se han dado casos en que personas accidentadas han sido saqueadas por individuos que han acudido supuestamente para auxiliarlos.

El despojo de propiedades y dinero en semejantes circunstancias de dificultad ha sido un riesgo permanente en carreteras sin vigilancia.

Por otro lado, está el hecho cierto de que las carreteras han quedado a merced de conductores desaprensivos, que manejan de manera temeraria y cuyos vehículos, en ocasiones, presentan fallas en sus luces. También han operado de manera libre algunas bandas que se dedican al robo de vehículos cargados de mercancías.

Todos a una
Con el refuerzo del patrullaje en las carreteras la Policía disminuye las posibilidades de asaltos en esas vías, sobre todo contra personas accidentadas y conductores de vehículos de carga.

Se han producido en nuestra Policía innegables avances en la dirección que requiere la sociedad, lo que permite que se den respuestas adecuadas y oportunas para cada caso. Esperamos que estos avances continúen.

Admitidos ya por las autoridades los descuidos en que incurrieron cuando fueron denunciadas las primeras muertes por dengue, no queda otra cosa que combatir la vía de contagio de esa enfermedad, es decir, el mosquito que lo transmite.

Para recuperar parte del terreno perdido, debería producirse una acción combinada de todos los sectores (Gobierno y sociedad civil), para destruir los hospederos del mosquito transmisor del dengue.

No es momento de discutir si se trata de brotes aislados o epidemia, sino de tratar el caso como una verdadera emergencia, aunque por razones atendibles no se la quiera declarar oficialmente.

Las autoridades de Salud Pública y muchos especialistas afirman que nadie debe morir por dengue hemorrágico si se le administra atención oportuna y correcta. En esta virtud, se debe orientar permanentemente a los ciudadanos para que sepan lo que deben hacer ante una sintomatología sospechosa de ser dengue.

Muchas de las personas que han muerto por dengue hemorrágico llegaron a los centros asistenciales con la salud tan deteriorada que no fue posible salvarlas. Es hora de actuar todos a una contra el mosquito del dengue y los yerros humanos cometidos.

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