Necesidad de organizar los profesionales de la salud

Necesidad de organizar los profesionales de la salud

Los profesionales de la salud de nuestro país, al igual que los demás profesionales, tienen como  numeración única para la identificación del ejercicio profesional, el anacrónico exequátur de ley.

Decimos anacrónico porque la misma numeración del decreto presidencial sirve para el grupo incluido en el mismo, sean éstos ingenieros civiles, abogados, médicos, veterinarios, economistas o de cualquier otra profesión. Además, no existe registro de firmas, que identifique al profesional en las firmas de recetas o documentos, al igual como sucede con los cheques de cuentas corrientes en que los bancos registran las firmas para certificar que quien firma es la persona responsable del cheque emitido.

En el caso de los médicos, cuando éstos firman un documento como un certificado médico, ¿quién dice que la firma corresponde al médico que dice el certificado? Pero aún más, con la Ley de Seguridad Social que establece una serie de medicamentos gratuitos en pacientes ambulatorios, sobretodo en el componente subsidiado, ¿quién establece la validez de la receta, si no hay registro de firmas, ni de nombres y con una numeración que es igual para un médico, como para cualquiera otra profesión dentro del decreto presidencial que otorgó ese exequátur?

La falta de orden en estos aspectos pudiera corregirse y de esta manera contribuir al ordenamiento del país en lo que se refiere al ejercicio profesional, principalmente en las áreas de la salud.

Considero que debe haber una coordinación permanente entre los ministerios de Educación Superior, Salud Pública, universidades y colegios profesionales de la salud, como médicos, bioanalistas, farmacéuticos, entre otros.

A través de la Comisión Ejecutiva de la Reforma del Sector Salud, puede hacerse un censo de profesionales de esta área en todo el territorio nacional para saber cuántos somos, qué hacemos, dónde ejercemos, y aprovechar para el registro de firmas y colocar una numeración determinada.

La mejor numeración que debe existir es la Cédula de Identidad y Electoral, que al momento actual es la numeración que se otorga desde el nacimiento hasta la muerte. Además ya la numeración de la cédula de identidad electoral también se utiliza para la licencia de conducir y para el Registro Nacional de Contribuyente.

Una vez realizado el censo, establecida la numeración y el registro de firmas, las universidades deben comprometerse a enviar a los ministerios de Salud, Educación Superior y los diferentes colegios de profesionales de la salud el nombre, cédula y registro de firmas de los nuevos profesionales.

Las farmacias, boticas populares o del pueblo, como le quieren llamar ahora, los laboratorios clínicos, clínicas, hospitales y otros establecimientos de salud, deben tener un directorio similar a un directorio de teléfonos, con los nombres, firmas autorizadas, numeración de las cédulas, direcciones, profesiones, especialidades y cualquier otra información que se necesite para mantener un control adecuado de cada uno de los profesionales. 

De esta manera, debe haber un control en las recetas de medicamentos, sobre todo para conocer el uso adecuado de los mismos y los costos para la seguridad social. Además, hay que pensar en algunos medicamentos de uso restringido, no necesariamente las drogas narcóticas que deben tener control en un momento determinado.

Por otro lado, se detendría la falsificación de nombres y firmas en recetarios falsos que personas no profesionales utilizan para estafar a personas y pacientes haciéndose pasar por profesionales de la salud en los diferentes campos, pero especialmente en el médico.

Realmente hay que comenzar a organizar el Sistema Nacional de Salud, tal y como lo señala la Ley General de Salud, pero que este gobierno la ha desconocido por completo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas