La creación de tres empresas distribuidoras de electricidad tuvo su justificación en el interés de dar la mayor apertura posible a la participación privada en la capitalización de la que fuera en la ocasión Corporación Dominicana de Electricidad (CDE). Se trató de tres razones sociales independientes, con sus respectivos consejos gerenciales, de las  que el Estado era accionista. La autonomía se ajustaba al contexto de la capitalización.

Pero una vez adquiridas las “Edes” por el Estado, no parece tener asidero que conserven  la autonomía inicial y que existan tres consejos para administrarlas. La necesidad de un criterio unificado en el manejo de la distribución de electricidad justifica el hecho de que la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) asuma la presidencia de los consejos directivos y lo ideal sería una fusión con las divisiones necesarias por regiones.

Ahora debería seguir un proceso que permita aminorar las pérdidas y mejorar la capacidad de las Edes para cobrar la energía que ponen en línea. El paso dado debería conducir a mejorar las relaciones de las distribuidoras con los usuarios, buscar los medios de disminuir pérdidas por evasión, a la vez que se garantiza un mejor servicio. Un criterio unificado es siempre necesario en casos como estos.

Esas pausas inconcebibles

Con mucha frecuencia ocurre en este país que obras iniciadas como parte de un proclamado orden de prioridades son paralizadas por largo tiempo sin explicaciones. Ha pasado con anexos de hospitales, planteles escolares, mercados, carreteras y otras. Un ejemplo a citar es el primero de cuatro “Community College” cuya construcción está a medio talle, a pesar de que se trata de obras anunciadas seis años atrás con mucho entusiasmo por  el Presidente Leonel Fernández.

 El hecho de que esa obra estuviera paralizada varios años, posiblemente por falta de recursos, da a entender que su realización no estaba proyectada y presupuestada con carácter prioritario. Uno de los efectos  de estas pausas inconcebibles es que las paralizadas suelen encarecerse y resultar más costosas de lo que hubiesen resultado si no mediaran dilaciones desde el comienzo hasta la terminación. Cosas del subdesarrollo, dirían algunos.