Necesidad del gallo

Necesidad del gallo

Hace pocos días fue publicado en esta columna un artículo titulado “El huevo del universo”. En forma risueña e imaginativa pretendía rozar algunos misterios de la naturaleza. La paradoja del huevo y la gallina me sirvió como punto de partida para una especulación a medio camino entre la religión y la cosmología. ¿Cuál realidad apareció primero: el huevo o la gallina? Una señora casada, con dos hijos, a quien conocí siendo niña, observó que en mi escrito no se hacía mención del gallo. Todo el mundo habla solamente del huevo y de la gallina. Pero si el gallo “no pisa” a la gallina el huevo no sería fértil; y de él no nacería ninguna nueva gallina.

El famoso círculo vicioso de dos partes, huevo y gallina, está “cojo” sin la presencia del gallo que fecunda el huevo que pone y calienta la gallina. Y ahí entran de golpe dos realidades de la naturaleza, visibles en todas las especies: lo macho y lo hembra. Si bien es cierto que no puede haber huevo sin el concurso de la gallina, también es verdadero que sin la participación del gallo no podría haber ningún polluelo. Obviamente, ni macho ni hembra. El embrión del que nacen los periodistas que comentan la cosmología necesita el gameto femenino y el gameto masculino.

Hasta tanto el óvulo no es fecundado por el espermatozoide no se constituye el zigoto; el desarrollo del feto arranca de ese suceso “machembrado”. Que la hembra humana posea matriz y produzca óvulos no es suficiente para “perpetuar la especie”. Esta cuestión básica la hemos olvidado en lo tocante a las gallinas y a los huevos. Después de estas aclaraciones, la señora me dijo: “y la cosa no acaba ahí; la gallina rompe el cascarón del huevo, ayuda a salir al polluelo recién nacido, lo seca y calienta, lo ayuda a respirar y luego lo alimenta”.

“El pollo que va a nacer toca en la puerta del cascarón; y la gallina escucha el llamado”. Entonces añadió: “esta clase de artículos no gusta mucho porque remite al tema de la creación”. La armonía de contrarios nos produce perplejidad: protones y electrones, hembras y varones, amor y odio, placer y dolor.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas