Necesidad y potencialidad del reformismo-balaguerista

Necesidad y potencialidad del reformismo-balaguerista

Ahora que el PRSC ha recuperado su creencia en las encuestas a juzgar por las declaraciones de su presidente sobre la Greenberg-DL (ver: pág. 20 edición 25/03/15), contrario a apreciaciones previamente expresadas sobre manipulación y/o conspiración en ocasiones previas e interpretando las recientes objetiva, racional y responsablemente; un reformismo-balaguerista potencializado, basado en entendimientos que superen divisiones, puede responder las exigencias nacionales.

El Centro Económico del Cibao acaba de posicionar al reformismo-balaguerista, dependiendo de candidaturas determinantes del escenario, en 11%, sumando PRSC y La Estructura, sin DxC; en circunstancias que el escenario hasta ahora previsible, segunda vuelta manteniendo prohibición de reelección, la indecisión llega a casi la mitad de electores (42%).

Con ese 11% de partida, sumados lo aportable por DxC y lo que captaría de ese gran margen de indecisión si accionara basado en entendimiento, desprendimiento e inteligencia estratégica; el reformismo-balaguerista alcanzaría potencialidad decisoria sobre quién va a gobernar.

Y si se restablece la reelección, para decidir cómo se va a gobernar; que es lo demandado por una ciudadanía dominada por la desesperanza ante las insatisfactorias realizaciones gubernamentales al tiempo que aprueba abrumadoramente la gestión de su Presidente.

El reformismo-balaguerista es la corriente política llamada a impedir que nos sigan gobernando como nos están gobernado hace 14 años: indisciplina partiendo de fiscalidad deficitaria originados en gastos excesivos, inequitativamente distribuidos, cuestionable prioridad y calidad, manejados inescrupulosamente, distorsión sistema financiero y orientación especulativa de nuestra economía.

Hay necesidad de menos gastos para que haya menos impuestos y endeudamientos, de restablecimiento disciplina partiendo de fiscalidad, distribución equitativa de erogaciones por renglones y regiones para aumentar producción y productividad económica, generar puestos de trabajo para satisfacer necesidades; prerrequisitos para ejercer autoridad en procura de orden y seguridad.

El reformismo-balaguerista ha efectuado aportes significativos en estas líneas que lo acredita y responsabiliza para implementarlas ahora. Postularlos requiere mayor sentido gregario y desplazar sectarismos egocéntricos, entendimientos y reagrupación, iniciando con simples conversaciones e intercambios de percepciones sobre situaciones nacionales y terminando con vías expeditas de acción.

Consideramos la más expedita de las vías las candidaturas provinciales y municipales comunes a cargos legislativos y edilicios para las próximas elecciones, relegando a planos secundarios y posteriores aquellos temas alegóricos, como liderazgos y candidaturas nacionales. Así nos potencializaremos hasta gravitar decisoriamente en quién y cómo se va a bien gobernar.

Solo sustentándonos en lo postulado y practicado en las materias citadas durante el medio siglo de democracia ininterrumpida que hemos vegetado es que el reformismo-balguerista, cumpliendo obligaciones con la nación podría recuperar, consolidar y potencializar confianza, respeto y valoración ciudadanas; con el consecuente beneficio en superar el diezmado liderazgo organizacional e individual.

 

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