Y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Efesios 1: 19
Dios tiene múltiples formas de actuar en nuestras vidas, las cuales son desconocidas, pero, al no conocerlas, nos llenamos de incredulidad y dejamos de percibir Su grandeza y Su poder. Nuestra mente quiere entender a Dios a su manera, y levanta límites cuando ve manifestaciones fuera del concepto establecido.
De esta forma nunca lograremos aceptar lo sobrenatural, quedándonos escépticos y llenos de preguntas, las cuales, si no cambiamos, nunca serán contestadas. Necesitamos movernos en fe para creer que Él es todopoderoso, omnipresente y omnisciente; así nunca cuestionaremos lo que haga.
Entendamos que vivimos en un mundo natural pero rodeado de un mundo espiritual, el cual no alcanzamos a ver con nuestros ojos normales sino a través del Espíritu Santo. Él nos capacita y nos muestra lo desconocido, llevándonos a ser parte de este misterio maravilloso e indescriptible que nos hace ver a nuestro Dios en una dimensión mayor.
No hay razón para negarnos a ser parte de esta manifestación que quiere hacerse visible en nuestras vidas. La aceptación de nuestras limitaciones es el principio para romper con todas las fortalezas mentales que quieren ocultar el poder del que vive y reina por los siglos. En segundo lugar, debemos desarraigarlas, de raíz, dejando sin efecto aquello que nos ató y nos impidió que lo sobrenatural fuera parte de nuestra vida.