Miguel, Luis, Hipólito, Eligio, Danilo, Reinaldo, José Tomás, Margarita, Almeyda, Francisco Javier, Carlos Morales… nombre a nombre, cual si las elecciones se acercaran, los partidos vuelven a vestirse de apetencias y comienzan a surgir los proyectos presidencialistas.

Aunque las elecciones de medio término no han terminado cabalmente, ya que la Junta Central Electoral todavía tiene algunos fallos pendientes, los políticos quieren sumergirnos en una guerra de intereses para que seamos los árbitros de sus malquerencias.

A un año y once meses para las elecciones presidenciales, sin embargo, es un abuso que se nos pretenda volver a sumergir en una atmósfera de politiquería y chismes que deberían quedar en el anecdotario de los asuntos internos.

Algunos ya se han proclamado como pre-candidatos presidenciales, como si de un título se tratase; mientras otros comienzan a preparar la altisonante “maquinaria” que les dará el respaldo de todos los ciudadanos.

Otros han sido más prudentes y tantean, a través de terceros que hacen las propuestas, a la gente. A todos les queremos decir lo mismo: estamos cansados de tanta política y necesitamos respirar.

Hablando a nombre de una sociedad que no puede pronunciarse en masa pero lo hace a través del Twitter, el Facebook y los blogs, puedo asegurarles que el único regalo que les agradeceríamos en estos momentos en que nos den paz. No queremos saber nada de sus luchas ni de sus diatribas.

Es hora de pensar en resolver problemas tan vitales como el de la violencia y la delincuencia; la falta de energía eléctrica, el auge del narcotráfico  y los problemas de la salud y la educación.  En la República Dominicana es mucho lo que tenemos que hacer. No lo dejemos para después.