El diagnóstico de insuficiencia renal crónica (IRC) es una información de impacto en la salud de una persona, porque significa la pérdida irreversible de la función renal.

Desde ese momento se inicia tratamiento para controlar la progresión del fallo renal, hasta llegado el momento de la necesidad de un sustitutivo de función renal o terapia de reemplazo de función renal (TRR), la diálisis o el trasplante renal.

El doctor Francisco Bonnet, nefrólogo, asegura que los avances logrados en el diagnóstico y control de la progresión de la IRC son muy importantes, así como en la terapia de reemplazo renal, que se pueden ofrecer a los pacientes.

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Otros tratamientos son la diálisis, que se presenta en sus modalidades de peritoneal y hemodiálisis, y el trasplante en sus opciones de donante vivo relacionado o donación cadavérica. El profesional explica que en la actualidad la diálisis peritoneal (DP) se ha establecido como la opción inicial adecuada para el manejo del paciente con insuficiencia renal crónica avanzada.

Se busca permitir condiciones favorables al paciente como preservar función renal residual, estabilidad hemodinámica, buen estado nutricional y también condiciones consideradas óptimas para la recepción de un trasplante renal en los primeros años de su terapia.

Diálisis peritoneal

Este tratamiento consiste en la eliminación de tóxicos propios de la enfermedad mediante intercambios de soluciones especiales de diálisis a través de un catéter colocado en la cavidad abdominal. Intercambios que se realizarán en forma diaria (continua), similar al accionar de la función renal normal.

De las condiciones especiales que ofrece esta terapia, es estar diseñada para tratamiento ambulatorio en el hogar, mediante entrenamiento sencillo y adecuado por parte del equipo de asistencia de salud, permitiendo al paciente una deambulación y desarrollo, dijo el nefrólogo.

Sin embargo, se requiere de una robusta atención primaria, en el cual se eduque a la población y se haga medicina preventiva. La prevención es esencial en salud, pues todos los sistemas de salud tienen presupuestos limitados para grandes epidemias de enfermedades crónicas no transmisibles