Negligencias del sindicalismo docente

Negligencias del sindicalismo docente

BIENVENIDO ALVAREZ-VEGA
Quiero compartir con los lectores de esta columna unos interesantes comentarios que nos hace llegar Valerio Lara a propósito de nuestro artículo del lunes último sobre el Costo de las paralizaciones docentes. Se trata de unas informaciones y puntualizaciones sobre la educación dominicana, particularmente sobre los maestros y su gremio.

Tenemos la opinión de que los maestros, como los médicos, no pueden ser catalogados en el mismo nivel y con la misma valoración de los muchos otros servidores públicos, como es del uso en estos tiempos por parte de la burocracia político que dirige el Estado.

El maestro es un servidor público especial. Es el responsable de trasmitir los conocimientos que permiten a los hombres y a las mujeres abordar todos los fenómenos que le rodean. Es el responsable, conjuntamente con los padres y los sacerdotes y pastores, de hacer posible el desarrollo de una personalidad equilibrada y útil a sí mismo, a la familia, al barrio y a la sociedad.

Por lo tanto, la sociedad dominicana tiene que revisar su valoración del maestro, y también la burocracia oficial. Si hoy no tenemos los maestros más adecuados, las razones hay que buscarlas en la quiebra de la escuela que se registró después del ajusticiamiento de Trujillo.

Pero leamos ahora las notas que nos hizo llegar Valerio Lara:

Le felicito por tener tan presente el tema de la educación, tal como prometió al final de «Los políticos útiles». 

 «Costo de las paralizaciones docentes» evoca las negligencias capitales del sindicalismo docente. La ADP tiene ante si una gran responsabilidad: la superación del marasmo de la lucha salarial pura y simple, para dar cabida también a los aspectos más transcendentes del bienestar magisterial y de la reforma de la educación.

Un reto esencial de este gremio sería la consolidación del Consejo Nacional de la Seguridad Social de los Maestros, el cual administraría un fondo de pensiones cuyos ingresos nominales se estimaron en 2.88 mil millones de pesos, sin contar las utilidades debido a inversiones financieras, durante el periodo 1999-2004. La ADP, el Colegio Médico y a la Cooperativa de Maestros tendrían 4 de 6 delegados en este Consejo, el cual aún sigue inoperante.

Este descalabro institucional también afecta al Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (INABIMA), el cual sería el rector principal de la seguridad social y de la cooperativa de maestros. Lo mismo se puede afirmar de los Tribunales de la Carrera Docente que constituirían las instancias legales para regular la relación del maestro con la SEE.

El problema de la jornada escolar es aún más patético. Las razones son diversas y contraproducentes:la mayoría de profesores trabaja doble tanda y son mujeres con responsabilidades familiares.

Por otra parte, la jornada escolar sólo se cumple en un 55%, en el mejor de los casos, alrededor de 710 horas de clases efectivas en el nivel medio. El otro 45% lo absorve, principalmente, las vacaciones a estudiantes, la semana santa, el periodo navideño y otros días no laborables.

Si se lograra una jornada escolar de 1,280 horas, la SEE se vería obligada a establecer al mismo tiempo una sola tanda por cada profesor y al mismo tiempo se vería compelidad a duplicar el salario por tanda, lo cual demandaría recursos adicionales por más de 8 mil millones de pesos.

Atentamente, Valerio Lara

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