Hoy 
En un hecho sin precedentes en la historia del país, el gobierno saliente y el entrante tendrán que ponerse de acuerdo para trabajar de manera conjunta en la renegociación del acuerdo stand by firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), trascendió ayer.
De acuerdo a lo informado, aunque se había divulgado que el acuerdo está detenido y el representante residente del FMI en el país ha utilizado la palabra «postergar» para definir su status actual, en realidad está suspendido, lo cual explica que el organismo internacional no haya autorizado un desembolso de 62 millones de dólares que debió haber recibido el país.
Esto obligaría, según se explicó, a una renegociación del acuerdo lo más prontamente posible, antes del 16 de agosto, que es la fecha establecida para el traspaso de mando.
Se indicó que el restablecimiento del acuerdo implicaría la presentación de una nueva carta de intención, para cuyo cumplimiento se deberá contar con el compromiso tanto de las autoridades que terminan su gestión el 16 de agosto, como de las autoridades entrantes.
Según se explicó, tanto las autoridades salientes como las entrantes están conscientes de que se impone una negociación para el restablecimiento del acuerdo, ya que de no superarse rápidamente la situación los problemas económicos que se generarían tendrían consecuencias económicas que afectarían la actual gestión a su término y al próximo gobierno.
De acuerdo a lo informado, ya se están dando los pasos para poner de acuerdo a las autoridades salientes y a las entrantes, como miras a una renegociación en que ambas partes lleguen a un entendimiento con el FMI.
El restablecimiento del acuerdo con el FMI es imprescindible para que el país pueda contar con el apoyo de la comunidad financiera internacional y evitar caer en cese de pagos de la deuda externa.
El representante residente del FMI en el país, Ausmend Mandeng, ha afirmado claramente que ese organismo quiere que las autoridades electas «se involucren ciento por ciento con el acuerdo».
Anteayer Mandeng se reunió con técnicos designados por el presidente electo para ponerlo al tanto de la situación en que se encuentra el acuerdo con el FMI.
De acuerdo a informaciones recibidas por la sección económica de Hoy, varios de los puntos del acuerdo no pudieron ser cumplidos, como son las metas de objetivo fiscal, de endeudamiento externo, de financiamiento de la banca al sector público y de eliminación de atrasos.
Además, ha trascendido que aunque el tope a las reservas internacionales netas se logró, el FMI no ha compartido que eso se haya conseguido sobre la base de una reducción del encaje hecha por el Banco Central para que los bancos invirtieran los recursos liberados en certificados de la entidad bancaria oficial.
Se explicó que para corregir esas desviaciones se imponen medidas que no podrán esperar al 16 de agosto y que deberán ser apoyadas tanto por las autoridades salientes como por las entrantes.
«Esto obliga a una renegociación del acuerdo con la participación de ambas partes, lo cual ocurría por primera vez en el país», se explicó.
Se recordó que en el 1990 el gobierno negoció un acuerdo con el FMI que ejecutó a partir del 1991, pero en una transición en que el presidente Joaquín Balaguer logró la reelección presidencial.
En caso del acuerdo con el FMI firmado por el presidente Salvador Jorge Blanco en el 1984, al momento del período de transición en el 1986 ya el programa había sido ejecutado.
En el campo internacional se conocen experiencias de acuerdos con el FMI negociados que recibieron el visto bueno de las nuevas autoridades electas, como fue el caso de Brasil con el triunfo electoral de presidente Lula da Silva.
