Negociaciones Estado-Barrick

Negociaciones Estado-Barrick

Las expectativas despertadas desde el 27 de febrero por el Presidente Danilo Medina en torno al contrato con la firma canadiense Barrick Pueblo Viejo, podrían parecer  un tanto desinfladas por la falta de una definición al término del mes de abril, que fue el plazo puesto por el Gobierno para lograr un acuerdo con la empresa minera. Sin embargo, hay que considerar que se trata  de una negociación para modificar un contrato ya aprobado,  delicado y con implicaciones financieras y  legales.

A esta fecha se tiene la convicción de que el Gobierno se esfuerza  por lograr que el país reciba un trato más justo por el oro cuya explotación ha concedido a la Barrick y que la prolongación de las negociaciones tiene su arraigo en la delicadeza del tema y en el hecho de que ninguna de las partes  puede imponer una salida. El Gobierno ha hecho a la Barrick su última propuesta, y es necesario esperar una respuesta, y a falta de acuerdo queda la alternativa de gravar con impuestos los sobrebeneficios por la venta del oro que es de los dominicanos.

Acogemos como necesario que se agote el tiempo de diálogo que sea prudente. El Gobierno ha querido presentar los resultados obtenidos hasta el final del  plazo, y ha procedido bien. Debe sentirse  respaldado para tratar de  deshacer  los entuertos de un contrato oneroso, con apego a los buenos usos pero con absoluta firmeza.

Un panorama laboral sombrío

En materia laboral el país tiene pocos logros que exhibir hoy Día Internacional del Trabajo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que están sin empleo un 31% de los jóvenes dominicanos en edades entre 15 y 24 años, en la flor de la juventud. Eso es más del doble de la tasa promedio de la región del Caribe. Para agravar, no son muy halagüeñas las expectativas de creación de nuevas fuentes de trabajo para reducir el desempleo  general.

Pero el panorama laboral es más sombrío aún si se considera que la inmensa mayoría de los hombres y mujeres con ocupación no ganan lo suficiente para costear la canasta familiar. Y algunas  prestaciones sociales, como el Seguro Familiar de Salud, no cubren todo lo que deberían cubrir ni amparan a todos los que deberían amparar. La grandeza de la economía informal es uno de los factores de exclusión. Así estamos en este Día Internacional del Trabajo.

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