Negocio de la universidad privada

Negocio de la universidad privada

TIRANA (EFE).- ¿Tienes casa? Sí, dos habitaciones y una cocina. Entonces, ¿por qué no abres una universidad? Este chiste corre de boca en boca estos días por Tirana tras el inicio del nuevo año académico en las numerosas universidades privadas del pequeño país balcánico.

El número de instituciones que se hacen llamar “universidades» creció vertiginosamente en los últimos dos años, hasta un total de 15, siendo la más antigua la Universidad Luarasi con apenas 4 años de existencia.

El extinto régimen comunista, que utilizaba la escuela como medio de propaganda para perpetuarse en el poder, estableció en 45 años sólo diez instituciones de enseñanza superior, mientras que durante los primeros 13 años de la frágil democracia se añadió una más.

Albania firmó en 2003 la Declaración de Bolonia de la Unión Europea (UE) para reformar el sector de la enseñanza superior y que los títulos sean reconocidos en el extranjero.

Las dificultades en la elaboración de los textos escolares, la falta de personal pedagógico cualificado, la corrupción y las malas infraestructuras son problemas que afectan a la adecuada formación de los estudiantes universitarios.

Pero lo más grave se presenta en la situación de las universidades privadas, que se han convertido en un negocio redondo basado en la producción de titulados y, en muchos casos, en la venta de una mercancía denominada diploma universitario.

“Universidadmanía fuera del control”, titulaba recientemente el diario “Shqip”, resaltando que los propietarios de los centros privados, muchos de ellos con un pasado sospechoso, ven a los estudiantes como simples acreedores.

Y es que al pagar entre 2.000 y 6.000 euros anuales para una carrera que dura cuatro años -una fortuna en un país con un salario medio de entre 150 y 200 euros- su admisión y graduación están prácticamente garantizadas.

Ante esta situación y el mal estado de las universidades públicas, muchos jóvenes albaneses se han visto obligados a seguir sus estudios en el extranjero.

Aquellos que no pueden salir del país y que no aprobaron el examen de admisión en las universidades públicas, tienen como única vía para hacerse con una educación superior acudir a los nuevos centros privados.

Algunas universidades funcionan sin licencias, otras se sitúan en edificios sin permisos de construcción y casi ninguna publica en sus páginas de internet los nombres de los profesores y rectores.

Abarcan menos del 10 por ciento del número total de 50.000 estudiantes en toda Albania y algunas no superan los 100 alumnos.

El caso más grotesco es el de la transformación de un antiguo burdel en una universidad, cuya junta directiva está presidida por el ex presidente del país, Rexhep Meidani, y sus miembros son figuras importantes de la clase política albanesa.

Según relató a Efe Agron, un vecino del barrio de Tirana donde se emplaza el centro y que conoce detalles del mismo, el propietario de la universidad, Gafur Dudaj, empezó a enriquecerse desde los tiempos de la dictadura comunista cuando trabajaba de chófer y traficaba con ropa y joyas de contrabando.

Con la llegada de la democracia en 1991, Gafur y su hermano Aziz, eran dueños de una pequeña sociedad piramidal de inversiones que acumulaban el poco dinero que los jóvenes albaneses emigrados enviaban a sus familias.

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