BARCELONA (DPA).- La telenovela es el producto cultural de exportación más importante de Latinoamérica: un negocio que sobrepasa los 2.000 millones de dólares de ingresos al año. Desde ayer y durante tres días, representantes del sector intercambian experiencias en Barcelona, en la II Cumbre Mundial de la Industria de la Telenovela.

El encuentro está organizado por Amanda Ospina, directora de la revista TVMas, que destacó que, además de productores, guionistas y programadores, una serie de académicos participarán en los debates.

Escribano, director de TV3 de Cataluña, subrayó que a pesar de las diferencias, las telenovelas catalanas y latinoamericanas tienen un objetivo común: “Construir un imaginario colectivo propio, una alternativa a los productos del mundo anglosajón”.

El símbolo de esta cumbre es un cuadro del veterano actor mexicano Rogelio Guerra, protagonista de la emblemática telenovela “Los ricos también lloran”, que ahora se dedica a las artes plásticas.

La “diva oficial” del evento es la actriz venezolana Roxana Díaz, protagonista de “Aunque me cueste la vida”, “Mis tres hermanas” y “Carisma”. En la primera Cumbre de la Telenovela, que se celebró el año pasado en Miami, ese papel lo desempeñó la argentina Andrea del Boca.

La cumbre se abrió con la primera mesa de debate, que giró en torno al tema “La telenovela como producto ‘primetime’”.

Carlos Bardasano, vicepresidente del Grupo Cisneros y presidente de Venevisión Continental, presentó algunos datos básicos del negocio en su ponencia “La telenovela, el alma de la televisión”.

Habló de un “género literario bastante nuevo, de sólo 60 años”, que llega a unos 2.000 millones de televidentes en todo el mundo. México es el mayor productor con 12.300 horas de telenovelas al año, señaló.

“Para los canales de Latinoamérica, la telenovela es la espina dorsal de la parrilla de programación. Es el producto que ofrece la mejor relación entre los costos y los beneficios”, dijo Bardasano. “Un canal de televisión debe dedicarle el 65 por ciento de sus esfuerzos”.

El directivo venezolano destacó además que casi todas las telenovelas tienen éxito, “mientras que en Hollywood hacen mil películas al año y sólo triunfan unas veinte”.

Bardasano recordó el nacimiento del género con la radionovela cubana “El derecho de nacer”, “la madre de todas las telenovelas”, emitida en 1948.

También destacó como momento importante de los últimos años la decisión de Venevisión y Televisa de producir telenovelas en Miami.

“La telenovela es el verdadero lazo de unión de Latinoamérica”, concluyó el venezolano.

Luego Francesc Escribano expuso la experiencia catalana, donde TV3 es la única cadena de España que produce series de ese género desde hace diez años, si bien destacó que a diferencia de las telenovelas latinoamericanas, las catalanas “son más naturalistas y más corales y pueden durar años”.

EL MEJOR NEGOCIO DE LA TV

El chileno Fernando Acuña, productor ejecutivo de canal 13 de Chile, relató cómo se logró reposicionar a la empresa en el mercado gracias al éxito de la telenovela “Machos”. “Se reinventó un poco el género con una telenovela aparentemente centrada en los hombres”.

Finalmente, el colombiano Dago García habló sobre las investigaciones que se realizaron en la televisión colombiana para lanzar productos al mercado internacional.

Determinaron que las telenovelas se guían por una especie de ética cristiana, con el pasado remoto como pecado original que condena a los protagonistas y el paraíso en forma de conformación de una familia como escala final, y por un punto de vista femenino.

Una vez que se llegó a la conclusión de que el hombre que aparece en las telenovelas es en realidad aquel que imaginaban las mujeres, se crearon personajes con su lado femenino más desarrollado, como por ejemplo el protagonista de “Pedro, el escamoso”.

El siguiente debate se centró en “Las estrategias de los programadores: La batalla por las audiencias”. En él se apuntaron temas que se tratarán en los próximos días como la necesidad de superar los prejuicios que existen en algunos países y la utilización de las telenovelas en la educación sanitaria.