Negritud y seguridad ciudadana

Negritud y seguridad ciudadana

Las recientes protestas realizadas en Estados Unidos como efecto de los asesinatos y maltratos de agentes policiales hacia la población afroamericana han visibilizado toda una historia de discriminación racial en este país desde los cuerpos de seguridad hacia esta población.
Llaman la atención las diferencias en el trato en el momento de apresamiento a personas blancas con relación a las negras. La violación de los derechos está vinculada directamente con el color de la piel, produciéndose así una fuerte desigualdad y discriminación en todos los sentidos.
Esta situación de racismo en los cuerpos de seguridad no se reduce a Estados Unidos. También la encontramos en nuestro país documentada en estudios que hemos realizado en distintas comunidades y barrios.
El racismo está muy interiorizado en nuestra cultura, afecta el modo en que las personas se relacionan donde el color de la piel genera una barrera creada por el estigma. Se asocia el color de la piel con cualidades personales, conducta y modelo de ser humano. La policía de nuestro país, al igual que ocurre en Estados Unidos, al ver a un hombre negro lo identifica como potencial delincuente, merecedor de maltrato y violencia, desconociéndose sus derechos.
He observado a agentes policiales nuestros maltratar a personas negras dominicanas y haitianas. En una ocasión transitaba por una calle dentro de un complejo residencial con edificios en proceso de construcción, a la vez caminaban varios obreros haitianos en dirección contraria y una patrulla policial también transitaba en esa dirección. La patrulla se detuvo y uno de los policías agarró a uno de los haitianos y lo tiró al suelo, le dio muchos golpes incluso con la pistola. Me acerqué y cuestioné esa acción al agente. Solo me dijo, “es un moreno”, “los morenos son malcriao y se merecen que los traten así”.
Estas frases plasman la lógica del racismo que tiene su origen en la esclavitud. En el caso de nuestro país muchos de los agentes policiales son negros o mulatos, sin embargo, niegan su negritud y reproducen el racismo que hegemoniza nuestra cultura social y que afecta a toda la población.
Esta realidad es compleja y cuestiona los cimientos de nuestra democracia. El ejercicio democrático supone el trato con igualdad y respeto a los derechos hacia todas las personas independientemente del color de la piel como lo establece nuestra constitución.
Se hace necesario que se ofrezca una mayor educación, capacitación y orientación a los cuerpos policiales y militares sobre los derechos ciudadanos y el respeto a los mismos en el trato hacia las personas. Desmontar las prácticas de discriminación racial en su labor de garantizar la seguridad ciudadana.

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