Por Shusham Shrestha
KATMANDU, Jun 6 (AFP) – Al menos 53 civiles murieron el lunes al estallar un artefacto explosivo al paso de un autobús en el sudoeste de Nepal, en un ataque atribuido por las autoridades a los guerrilleros maoístas y uno de los más mortíferos contra civiles desde que comenzó la insurrección en 1996.

«Al menos 53 personas (civiles) murieron y otras 40 quedaron heridas» cuando el autobús, que cubría una ruta habitual con mujeres y niños a bordo, se topó con el artefacto explosivo, afirmó la radio estatal citando al jefe de la policía, Surendra Bahadur Shah.

La radio precisó que 16 heridos graves fueron trasladados a hospitales de la capital, Katmandú. «Los cuerpos de los muertos estaban duramente mutilados y despedazados por la explosión», dijo el subjefe de la policía a la AFP.

La explosión ocurrió por la mañana en la zona de Madi, distrito de Chitwan, a 180 km al sudoeste de Katmandú, una región considerada como un feudo de los maoístas que luchan por abolir la monarquía e instaurar un sistema comunista.

Shah, citado por la radio, atribuyó este acto a «terroristas», término que en Nepal se usa para calificar a los guerrilleros maoístas.

Según un responsable del ejército del distrito de Chitwan, el autobús pisó una bomba casera accionada por presuntos rebeldes.

La acción no ha sido reivindicada por ningún grupo por el momento. Por lo general los maoístas no atacan a los civiles de esta manera, aunque sí dirigen sus acciones contra personas acusadas de «colaborar» con las fuerzas del orden.

Debido a la explosión, el autobús se elevó por los aires antes de estrellarse contra el suelo y partirse en dos, dijo el responsable militar de Chitwan, citando a algunos testigos.

Desde que el rey Gyanendra asumió el poder absoluto el 1 de febrero hubo un recrudecimiento de la violencia maoísta contra las fuerzas del orden, sobre todo en el oeste del país.

Según el ejército, estos combates provocaron la muerte de varias decenas o incluso centenas de guerrilleros. Los maoístas admitieron algunas bajas, pero menos numerosas. Estas informaciones no han podido ser comprobadas con fuentes independientes.

El oeste del país es un bastión de los maoístas, que afirman controlar 70% de Nepal. Las carreteras en las provincias aisladas son a menudo escenario de batallas entre fuerzas del orden y rebeldes, que a menudo controlan las «montañas» que las rodean.

Los maoístas también han bloqueado carreteras en varias ocasiones desde agosto pasado para aislar la capital del resto del país.

Más de 11.000 personas han muerto desde 1996 en la violencia asociada a los enfrentamientos entre rebeldes y fuerzas del orden en este reino del Himalaya.

El rey justificó la toma del poder absoluto y la destitución del gobierno en pleno acusándolo de fracaso por no haber entablado una negociación con la guerrilla y puesto fin a los combates. Se comprometió a restablecer la democracia dentro de tres años, cuando haya yugulado la insurrección.