BUENOS AIRES (AP)- El presidente Néstor Kirchner fustigó duramente el miércoles a periodistas «amarillos»» o «llenos de odio»» que lo criticaron por no haber regresado inmediatamente a Buenos Aires luego de la peor tragedia ocurrida en la Argentina por causas no naturales.

El Presidente, que interrumpió en la víspera su descanso en el extremo sur del país, pronunció un encendido discurso durante una ceremonia en la casa de Gobierno

Entretanto, la cifra de víctimas fatales por el incendio de una discoteca el pasado jueves subió a 186, con la muerte de un suboficial de policía federal, que estaba internado a causa de las lesiones que sufrió en las tareas de rescate de los asistentes a la discoteca. La cifra de heridos es de 255.

«Ha sido lamentable la actitud de cierto periodismo, que he visto estos días en la Argentina, con este drama tremendo que nos pasó»», dijo el Presidente.

«Hay algunos (periodistas) que tienen la pluma amarilla y otros que tienen la pluma llena de odio, que juegan mediáticamente con un dolor de los argentinos»», agregó.

«¨Como es esto de si estuve o no estuve? Acaso para algunos periodistas, para estar en la Argentina, tengo que estar en la capital federal?»», se preguntó.

«Estamos cansados de la hipocresía de los que lloran hoy y ríen mañana»», agregó, mientras recomendaba a «ciertas agrupaciones políticas»» a que «no usen el dolor de las víctimas»».

Poco después de regresar del sur el martes, Kirchner recibió en la Casa de Gobierno a más de un centenar de familiares de las víctimas. Les ofreció toda la ayuda de su gobierno y les recomendó «no confiar en nadie, sino en ustedes mismos»».

Kirchner adoptó desde el comienzo un perfil bajo. El lunes declaró a la agencia oficial de noticias que lo ocurrido «fue demasiado grave y demasiado terrible como para agregarle declaraciones o gestos de exhibicionismo»», en alusión a figuras de la oposición que se apresuraron en llegar hasta el lugar del siniestro.

El incendio de la discoteca ocurrió fuera de la competencia federal, en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, que cuenta con un gobierno autónomo a cargo del alcalde Aníbal Ibarra, un aliado político de Kirchner.

Ibarrra asignó la principal culpa de lo ocurrido al propietario de la discoteca, Omar Chabán, quien está detenido y procesado. Pero asumió la plena responsabilidad por eventuales fallas en el control de seguridad sobre el local nocturno, cuya habilitación había expirado un mes antes del incendio, ocasionado por el disparo de una bengala.

Entretanto, aunque Ibarra reiteró que no renunciará, su situación se ha tornado comprometida. El alcalde enfrenta la posibilidad de una interpelación en la Legislatura de la ciudad, que de prosperar, podría conducir a la creación de una comisión investigadora que analice su conducta.

Se culpa al alcalde de negligencia por la falta de adecuado control de los organismos municipales encargados de supervisar el funcionamiento de los locales nocturnos.

La discoteca incendiada estaba en infracción de no menos nueve normas básicas de seguridad, entre ellas las que prohiben el ingreso de menores de edad y la utilización de artículos de pirotécnica en los festivales.

La discoteca «República de Cromañol»», en el barrio de Plaza Once de esta capital, tenía cerradas con candados las puertas de emergencia y el techo del local estaba recubierto de material altamente inflamable.

El dueño del local, Omar Chabán, está detenido y acusado de homicidios y daños culposos. El martes se negó a declarar ante la jueza penal María Angélica Crotto. La magistrada ordenó que se le brindara asistencia psicológica ante el agudo estado de depresión que presentaba.