Néstor Kirchner: un líder surgido de las  ruinas de gran crisis

Néstor Kirchner: un líder surgido de las  ruinas de gran crisis

BUENOS AIRES.  AFP. El ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), fallecido ayer  de una crisis cardíaca, fue el líder peronista que construyó su hegemonía política desde los escombros de la peor crisis económica de la historia del país.     Kirchner, de 60 años, construyó junto con su mujer y actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, un modelo sin precedentes de cogobierno por común acuerdo, un activismo de pareja y un sostén mutuo tan fuerte que abre interrogantes sobre el futuro del Ejecutivo hasta las presidenciales de 2011.

El ex mandatario había saltado al poder central desde su gobernación provincial de bajo perfil en la natal y despoblada Santa Cruz (Patagonia, sur) merced a un vacío político jamás visto en la historia del país en 2001.    La economía colapsó cuando el gobierno del conservador Fernando de la Rúa (1999-2001) congeló los depósitos bancarios, para mantener a toda costa la tasa de cambio fija de un peso igual a un dólar (convertibilidad) y el aliento a la inversión especulativa financiera.    Una rebelión popular con millones de argentinos en las calles con 30 muertos por las balas de la represión policial tumbó a De la Rúa y a su odiado ministro de Economía, Domingo Cavallo.    Se desmoronaba como castillo de naipes el plan neoliberal de privatizaciones y apertura importadora que Cavallo había implantado en el gobierno del peronista Carlos Menem  y uno de sus críticos  era Kirchner.

En Cristina

Al terminar su mandato con una popularidad mayor al 60%, resignó la candidatura presidencial oficialista y luego el poder en su mujer, para continuar un infrecuente modelo de cogobierno que planteó desde la asunción en 2003.    Kirchner tenía una frágil salud después de dos accidentes vasculares y uno gástrico en los últimos seis años, pero mantenía con mano de hierro el control del movimiento que surgió dentro del gobernante peronismo.

«¡Nos sacamos de encima al FMI!», exclamó con euforia cuando a mediados de la década canceló en un sólo pago su deuda por unos 9,500 millones de dólares, tras denunciar que las recomendaciones del Fondo Monetario fueron las que hundieron a la nación.

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