El neurocirujano José Joaquín Puello y el neurólogo Eduardo Yermenos afirmaron ayer que no hay evidencias científicas comprobadas de que  exista una predisposición genética para que  el hombre sea violento, como sustenta la siquiatra puertorriqueña Rose Emely Nina Estrella.

Los especialistas  no ven vinculación entre la genética y el hombre que es violento con su pareja. Lo que se ha estudiado y de lo que hay evidencia es que los hombres que han sido maltratados en su niñez son maltratadores cuando llegue su adultez, porque son conductas aprendidas, dijo el doctor Puello.

Tanto Puello como Yermenos aseguran que en sus áreas, vinculadas a las afecciones cerebrales, no han visto un estudio o literatura médica con base científica que sustente la aseveración de la siquiatra boricua. Por tanto, no creen que se pueda decir de forma contundente que el hombre agresor no cambia. De acuerdo con  Nina Estrella, quien realizó un doctorado en Neurociencias Clínicas y Experimentales en la universidad Andina Simón Bolívar, el hombre que nace maltratador no cambia y   el  10% se suicida.